03 diciembre, 2005

Bicentenario de Juárez

Con el Bicentenario de Juárez, se construye la nueva página de la historia que debe unir a los mexicanos: Ruiz Ortiz

Oaxaca, Oax., 1 de diciembre.- Porque Juárez es de todos, pero especialmente de los oaxaqueños, es que merecemos festejar en grande el Bicentenario del Natalicio de Don Benito Juárez, al tiempo de proyectar al mundo, con fuerza y convicción juarista, el ideario político del más universal de los hombres que ha dado este país, afirmó el gobernador del estado, Ulises Ruiz Ortiz., durante el Encuentro Municipal del Ideario Liberal Juarista, organizado por la Muy Respetable Gran Logia “Benito Juárez García” del estado de Oaxaca.

Sostuvo que el estado de derecho vapuleado por los gobiernos que se dejan llevar por el chantaje, tiene que reconstruirse a partir de la imagen que Oaxaca muestre al mundo, incluyendo en ella la miseria y marginación que se vive, su riqueza natural y potenciales humanos, sociales, culturales y turísticos, para coincidir en las políticas públicas e institucionales que permitan al estado un nuevo desarrollo integral.

El gobernador, quien es presidente de la Comisión Organizadora de los Festejos del Bicentenario del Natalicio del Benemérito de las Américas, reconoció la labor de los masones, por refrendar y proyectar los principios juaristas, a los que se sumó en su propuesta de aplicar una justicia que honre al pueblo, y a la práctica moral de sus acciones de gobierno, con la verdad como premisa.

Por su parte, Raúl Ávila Ortiz, Secretario Ejecutivo de la Comisión Juarista, significó que el pensamiento y obra de Don Benito Juárez, se mantendrá vivo en la memoria de los mexicanos a través de la construcción de una imagen actual y contemporánea, que redimensione la figura y grandeza del hombre más universal que ha dado México.

Expresó que la memoria viva de Juárez se sustentará a partir de un mensaje histórico que provoque un símbolo de proyección futura que integre a los mexicanos, este es el reto de la sociedad contemporánea, puntualizó.

Ávila Ortiz, contextualizó que las actividades conmemorativas a los 200 años del nacimiento del prócer de Guelatao, han sido integradas en una agenda institucional denominada Agenda Juárez 2006”, que incluye efemérides, proyectos educativos y productivos, celebraciones sociales y culturales, eventos deportivos, actos académicos e institucionales.

En su oportunidad, Herón Justo Canseco Pérez, Muy Respetable Gran Maestro de la Gran Logia “Benito Juárez García” en el Estado de Oaxaca, manifestó que las logias masónicas “están por encima de individualismos e intereses mezquinos, están libres de prejuicios, tienen una enseñanza que compromete a creer en fundamentos de causas, y no en rumores”… porque, “la logia nos enseña a pensar e ir en contra del populismo que ahoga la verdadera voluntad del pueblo”, en todo ello, acotó, siempre coincidiremos con Juárez.

Dijo ante unos 150 asistentes al solemne acto, que con el Bicentenario de Juárez se construye la nueva página de la historia que debe unir a los oaxaqueños, dirimiendo diferencias ideológicas y coincidiendo en un sólo propósito, mantener viva la memoria de Juárez.

Al término del Encuentro Municipal del Ideario Liberal de “Benito Juárez García”, a la que asistieron autoridades municipales de la Sierra Juárez, funcionarios del gabinete estatal e integrantes de la Gran Logia , el gobernador Ulises Ruiz Ortiz, develó un busto del Benemérito de las Américas, en el Templo Masónico.


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30 noviembre, 2005

25 ANIVERSARIO

GRAN LOGIA SIMBOLICA ESPAÑOLA. 5980-6005. 25 ANIVERSARIO.
Ascensión Tejerina S.·.G.·.M.·.

Queridos hermanos y hermanas


Hace 26 años que un grupo de masones, de retorno de un largo exilio del suelo patrio decidieron restaurar, al amparo de la recién estrenada democracia, la tradición masónica española que cumplía en aquel entonces dos siglos y medio. No iba a ser fácil su tarea.

Todo constructor sabe qué es preferible construir sobre suelo raso que sobre escombros; y eso es lo que quedaba de la masonería después del sistemático trabajo de demolición que el régimen franquista llevó a cabo de manera minuciosa, implacable y cruel. Esos escombros consistían principalmente en una imagen negra astutamente implantada en el subconsciente español. La simple mención de la palabra masón producía escalofríos en las personas más neutrales. Tan sólo en un pequeño sector más liberal, ilustrado y viajado de la sociedad, el concepto no levantaba esos "espeluznes". Era como si la población hubiese sido vacunada. Indudablemente, no era el mejor escenario para acoger el proyecto que estos viejos masones querían acometer con tanta ilusión.

Por suerte, entre esos escombros aparecieron valiosos tesoros como, por ejemplo, el Archivo Histórico Nacional (Sección Guerra Civil) de Salamanca, de triste memoria por su utilización. En la tenacidad que empleó la dictadura para llevar a cabo la aniquilación de la masonería, llegó a concentrar todos los documentos, actas, correspondencia, nóminas, y cualquier otro testimonio de la actividad de las logias masónicas, y que había secuestrado por el método de la patada en la puerta, en un centro de documentación para la represión. Ahora este fondo documental se ha convertido en una inagotable fuente de investigación en manos de estudiosos e historiadores que se interesan en evaluar la exacta importancia y trascendencia de la institución masónica en la vida social y política de nuestro país en el pasado. Esto ha permitido por una parte reconstruir la realidad histórica de la masonería española, y por otra, poner de relieve los valores altamente civilizadores por los que esta institución había trabajado en nuestro país.

Pero no serían los escombros el único obstáculo que encontrarían nuestros queridos masones.

La rica y fructífera tradición masónica española, laica y adogmática por más señas (hay que decirlo: en España no existió ninguna Obediencia masónica de filiación anglosajona), fue traumáticamente interrumpida y estuvo más de 40 años ausente del panorama institucional español. Pero, ahora que volvía a constituirse en opción, no bastaba con que se legalizara y se levantaran algunas columnas para que los españoles, súbitamente, recuperaran la memoria. Entre otras cosas, porque no eran los mismos españoles de aquella época. Los nuevos españoles, aunque le adjudicasen irracionalmente un valor, sencillamente, no sabían lo que es la Masonería, ni para qué sirve.

Así pues, para estos masones refundadores la tarea no sólo consistía en reunir a unos cuantos nostálgicos para levantar las columnas de tres o cuatro logias. Había también que realizar una puesta al día del discurso masónico y de nuestras formas de estar en el mundo. La cuestión de la creencia en Dios o la incorporación de la mujer en el trabajo iniciático, eran temas que tenían que resolverse para estar a la altura de una sociedad que había progresado significativamente. El "aggiornamento" era inevitable. Lo que las otras masonerías europeas habían hecho durante 10 lustros, nosotros teníamos que realizarlo de una sola vez.

NACE LA GRAN LOGIA SIMBÓLICA ESPAÑOLA

Al cabo de un año, es decir en 1980, surge del seno de este grupo una iniciativa que, teniendo claro esa necesidad de puesta al día, asume plenamente el compromiso de recuperar la tradición masónica española, adogmática y progresista. Nacía la Gran Logia Simbólica Española.

Hoy la G\L\S\E\ es una Obediencia mixta, la única de ámbito nacional que no depende de ninguna potencia masónica extranjera. Tiene suscrito convenios de adhesión con las principales organizaciones internacionales masónicas adogmáticas como CLIPSAS, SIMPA, ESPACIO MASÓNICO EUROPEO Y UNIÓN MASÓNICA MEDITERRÁNEA.

Desde entonces la G\L\S\E\ viene luchando por la normalización de nuestra institución en España. La recuperación de los trabajos masónicos con plena naturalidad pasa por la restauración de nuestra imagen en la sociedad. Además de las reivindicaciones administrativas y públicas que hemos venido realizando, este compromiso nos ha llevado a adoptar unas fórmulas de transparencia que podríamos concretar alrededor de dos ideas:

PRIMERA IDEA:

NUESTRA CONDICIÓN DE ORGANIZACIÓN INSTITUCIONAL, NOS OBLIGA A DECIR CLARA Y PÚBLICAMENTE CUAL ES NUESTRO ROL INSTITUCIONAL.

Una de las exigencias que nos plantea la interpelación a la que somos sometidos es la de definir el rol institucional que nos incumbe. Si argumentamos nuestra legitimación en que siempre hemos sido perseguidos por defender los valores fundamentales y universales de Libertad, Igualdad, Fraternidad y Tolerancia; si la Masonería es una expresión mundial de aspiración de progreso de la humanidad basada en la naturaleza misma del hombre en cuanto puro y completo hombre; estamos, con esta argumentación, haciendo manifiesta, públicamente, la dimensión institucional de la Masonería. A partir de ese momento y por simple coherencia con el nivel de exigencias instaladas en las sociedades libres y democráticas, tenemos que pronunciarnos abiertamente acerca de nuestro papel y tendremos que responder de ello, ante las expectativas suscitadas, con el producto social que corresponda.

Hoy, la sociedad reclama saber quién es quién. Aquello que pertenezca al dominio de lo privado habrá que defenderlo con decisión de la presión inquisidora de la sociedad, pero a cambio de ese derecho a la privacidad, se hace más exigible la servidumbre y el retorno social que en cada caso también corresponda.

No es el camino más fácil, ciertamente. Lo cómodo es el anonimato, y así nadie nos pide responsabilidades, pero esto no sería ni justo ni juego limpio, ni con la sociedad ni con los que se incorporen a nuestro trabajo, atraídos la mayoría de las veces por los mensajes que nosotros mismos vertemos al público. La alternativa a este posicionamiento es la marginalidad y la clandestinidad, y no son sendas éstas muy recomendables para una vía constructivista.

No se trata de coger las pancartas y salir a la calle a vociferar nuestra índole, sino de contestar con precisión y naturalidad, cuando se nos pregunta: "…Éstos son nuestros intereses, esto es lo que hacemos y he aquí las pruebas de ello…".

SEGUNDA IDEA:

NUESTRO ROL INSTITUCIONAL ES LA REFLEXIÓN ÉTICA:

Si, como decía el filósofo y masón alemán Krause (1781-1832), la Masonería es la única institución que se ocupa del "Hombre en su pura y completa humanidad, en su totalidad", en la reflexión ética hallamos la ocupación humana que mantiene permanentemente la vista puesta en ese objetivo de trabajo con las dos preguntas siguientes: ¿es así como me construyo plenamente como ser humano? ¿Es ésta la sociedad que permite el desarrollo integral del ser humano? Resolver la primera de las preguntas es emprender el camino iniciático de la masonería. Resolver la segunda es mantener, comprometidamente, un constante ejercicio de crítica y revisión acerca del hombre en el mundo.

La Ética es una parcela de intereses y conocimientos que incumbe a todo ser humano. Nadie debe abdicar de su escrutadora mirada ética hacia sí mismo y hacia la sociedad. Sin embargo, la tendencia de lo cotidiano es superficializar, trivializar, apegarnos a la apariencia. Por el contrario, el método masónico nos invita a penetrar en el interior de las cosas, a hacer visible lo oculto y en eso consiste la reflexión ética, en asegurarse que las cuestiones que abordamos van a quedar suficientemente profundizadas hasta ver en que aspectos y en que medida queda comprometido lo humano en la situación estudiada. Una vez que todos los elementos constituyentes del problema están sobre la mesa, cada cual que elija sus opciones como mejor le cumplan, porque no es tarea de la Masonería decirle a nadie como tiene que actuar.

El criterio de examen ético del masón es el hombre en cuanto puro y completo hombre. Su finalidad, la puesta en evidencia de lo que pasa desapercibido. Por eso la reflexión ética es previa a la reflexión política o religiosa, aunque la línea divisoria de estos intereses sea muy movediza. No es que haya una Política con "P" mayúscula y una política con "p" minúscula, o una Religión con mayúscula y otra con minúscula, como muchas veces oímos decir para justificar que estamos tratando temas fronterizos; lo que hay son miradas distintas a las mismas situaciones, y a nosotros nos interesa la mirada ética.

CONMEMORACIÓN

Para una institución como la Masonería, que cuenta su edad por siglos, celebrar los 25 años de existencia de nuestra Obediencia no denota desde luego nuestra solera, pero sí significa que hemos alcanzado nuestro primer puerto importante en el tiempo. Y esto es un signo de estabilidad, de fuerza, de acumulación de experiencia y de reconocimiento en el ámbito masónico mundial suficiente como para encarar nuestro futuro con una razonable confianza.

La arena del reloj cósmico se desliza inexorable e indiferente. Sin embargo nuestra trayectoria en el tiempo no debe ser un "continuum" sólo alterado por las circunstancias. Debemos crear ritmos que nos den conciencia de su paso para así aprehenderlo mejor y poder distribuir nuestra acción de manera sincronizada con los diversos acontecimientos que ocurren en nuestro entorno. Por eso debemos ir dejando testimonios de nuestros balances y de nuestros resultados. Ésta es la razón por la que hemos querido, en esta celebración de nuestros primeros 25 años, ofrecer una publicación que recoja lo que es la Gran Logia Simbólica Española (G\L\S\E\-G\O\E\U\), al día de hoy: cuales son sus Respetables Logias, sus estructuras y sus proyectos, de la forma más objetiva posible, para que pueda servir de referente para medir los progresos.

Dentro de 25 años, los que en ese momento tengan la responsabilidad de dirigir los pasos de nuestra Obediencia, harán un alto en el camino para reflexionar sobre el camino recorrido y evaluarán en que medida son deudores de un pasado y en que medida dependen de la correcta visualización del futuro porque es en el futuro que cobramos nuestro salario, es él quien verifica el valor de nuestra obra.

He dicho.

29 noviembre, 2005

«Tal como está el mundo, los valores de la masonería tienen plena actualidad»


«La Gran Logia de España no es nada raro; no hay secretismo en nuestro trabajo, sino mucha discreción»

Oviedo, Ángela LÓPEZ

«Lo que realmente pretendemos es proyectar en la sociedad los valores de la masonería, tales como la libertad, la tolerancia y la solidaridad, para que, una vez interiorizados por el individuo, se favorezcan cambios provechosos para el mundo». Así defiende José Corominas Busqueta, psiquiatra y gran maestro de la Gran Logia de España, la vigencia de esta hermandad en la sociedad actual.

El ahora presidente de la Corte Suprema de Justicia Masónica, profesor titular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona, ocupó diversos puestos políticos de responsabilidad: fue coordinador federal de salud en el PSOE, diputado por Barcelona en el Congreso durante dos legislaturas y concejal del Ayuntamiento de Tarrasa entre 1983 y 1995.
-No es una secta, ni un partido político ni una religión. ¿Qué es la masonería?

-No es nada raro, es una reunión de un grupo de personas, que nosotros llamamos hermanos, que realizan trabajos de tipo intelectual y que fundamentan ese trabajo en la razón. Además, los masones huyen de todo dogmatismo y de cualquier verdad absoluta y se preocupan tremendamente por el perfeccionamiento personal. La masonería como tal es una orden iniciática preocupada por formar a sus miembros en el conocimiento y respeto de valores superiores basados en la verdad.
-¿Cómo llega la masonería a España?

-La masonería se establece en Francia, hacia 1721, propugnando el liberalismo y el racionalismo por encima de todo. En España nace por iniciativa inglesa, en 1728, pero pronto comienza a ser perseguida por la Inquisición, a lo que siguen varios períodos de apariciones y desapariciones, que siempre coincidieron con épocas de absolutismo. Fue más tarde, con la aprobación de la Constitución, en 1978, cuando el Tribunal Supremo autoriza la práctica de la masonería, ya que sus cometidos e intereses no atentaban contra la Carta Magna.
-En ese momento nace la Gran Logia de España.

-Sí, al principio necesitamos ayuda de las logias francesas, establecidas ya plenamente en el país, y se creó una logia en España dependiente de la Gran Logia de Francia. Posteriormente, en 1982, nos independizamos y ahora estamos reconocidos por todas las Grandes Logias Regulares del mundo y contamos con más de 2.500 hermanos.
-¿Quién puede ser masón?

-Cualquiera que sea libre. Libre de pensamiento y de actuación, por lo que debe ser mayor de edad. La masonería da cabida a todas las tendencias y convicciones favorables al mejoramiento moral y material del género humano, sea cual sea su ideología, su religión o su raza.
-¿Da cabida también a las mujeres?

-Por supuesto, en nuestras logias hay hermanas también. Al principio las mujeres no podían formar parte de las logias, ya que no eran libres para trabajar, ahora ya lo son y contamos con ellas. Personalmente soy más partidario de que hombres y mujeres trabajen paralelamente y no juntos, porque tienen visiones diferentes de las cosas y sus puntos de vista pueden complementarse.
-¿Hay jóvenes en las logias? ¿Qué les puede ofrecer la masonería?

-Sí, cada vez hay más jóvenes que ven sus valores reflejados en el trabajo de los masones. Tal y como está el mundo ahora -el fundamentalismo, la xenofobia, la globalización...-, los principios y valores que defienden los masones están de plena actualidad.
-¿Cuáles son esos principios?

-Fundamentalmente son valores considerados tradicionales, como la tolerancia, la libertad, la igualdad, la solidaridad y el amor fraterno, y que a la vez son universales. Además, al ser una orden iniciática, enseñamos a trabajar sobre ellos en un clima de discreción, que no secretismo, y con símbolos y ritos que fueron mal entendidos en épocas pasadas.
-Siempre se ha dicho que la masonería mantiene un discreto enfrentamiento con la Iglesia católica...

-Bueno, eso no es totalmente cierto. Por nuestra parte no creemos que haya conflicto, ya que admitimos en las logias a personas de cualquier confesión y no nos interesa inmiscuirnos en «su territorio», ya que la religión, junto con la política, es uno de los asuntos que se obvian en las charlas. Sí es cierto que tras el Concilio Vaticano II nuestra situación con respecto de la Iglesia cambió, pasamos de estar excomulgados a vivir en pecado grave. Además, la Iglesia considera que la Gran Logia de España está entre las «buenas», así que las tiranteces no son graves. Sinceramente, creo que incluso con el actual Papa, Benedicto XVI, la situación puede ir cambiando.
-Da la impresión de que tanto las logias como los masones comienzan a abandonar esa discreción de la que hablaban.
-En cierta manera es así. Queremos que se reconozca el papel social que cumplen las logias. Estamos viviendo lo que podemos llamar un aperturismo de la Gran Logia de España y para reforzar este aspecto en 2004 convocamos el I Premio estatal de Investigación Histórica, en ese caso sobre el Camino de Santiago.
-¿Cómo se llega a gran maestro?
-Yo me inicié en la Gran Logia de España en 1980 y a partir de ahí vas adquiriendo conocimientos y responsabilidades para con la hermandad, hasta que llega un día en que, como en cualquier otra asociación con unos estatutos determinados, sales elegido en votación. En la Gran Logia de España los cargos se renuevan cada cuatro años.

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27 noviembre, 2005

El declive de la sociedad está ligado al acoso a la masonería

Corominas: «El declive de la sociedad está ligado al acoso a la masonería»
El maestro de la Gran Logia de España defiende la vigencia de la orden

Oviedo, Paula TAMARGO

La especie humana ha llegado al siglo XXI con «adelantos asombrosos» en materia de ciencia y tecnología y con unos avances que han producido «un complejo proceso de transformaciones vertiginosas», satisfactorias en unos casos para los hombres, pero generadoras en otros del aumento de «las desigualdades, no exentas de dogmatismos, fanatismo, xenofobia, intolerancia y corrupción». Y es en el marco de este panorama donde, a juicio de José Corominas Busqueta, gran maestro de la Gran Logia de España, puede concluirse que la masonería y sus valores -la tolerancia, la libertad, la igualdad, la solidaridad y el amor fraterno- siguen vigentes hoy en día.

Corominas pronunció el viernes en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA una conferencia que tituló con una pregunta: «¿La masonería continúa teniendo vigencia hoy?». Durante el acto, organizado por la asociación Tribuna Ciudadana, no sólo argumentó por qué defiende esa vigencia, sino que trató de ofrecer una visión que rompiese «con la curiosidad malsana» que despiertan estas órdenes y con «los prejuicios que existen en este país, donde se asocia a los masones con "los malos"».

Corominas, presentado por el periodista Carlos Rodríguez y por la directiva de Tribuna Ciudadana Paloma Castillo, realizó inicialmente una breve explicación sobre lo que es la «francmasonería especulativa» -«franc» significa libre y «masón» puede ser traducido como constructor; una traducción literal podría equivaler a «constructor libre»-, nacida en 1717 y que podría definirse como aquélla en la que se dialoga libremente sobre ideas. Detalló que, desde su inicio, tiene «como señas distintivas la de ser una orden iniciática con unos valores morales, velados por símbolos y enseñados a sus miembros», que «deben ser interiorizados y consolidados mediante el trabajo personal» para poder luego «proyectarlos en la sociedad y conseguir de esta forma cambios que favorezcan el desarrollo humano».

Corominas, profesor universitario especialista en psiquiatría, consideró que en el siglo XXI los valores de la masonería «tienen un papel muy importante para fortalecer la dignidad humana, aumentar la riqueza espiritual y la humanización del mundo que nos rodea» y destacó la labor de la orden, que en el pasado fue «el escenario fundamental para la realización del diálogo político y social», donde «los acuerdos imposibles se convierten en posibles, donde hombres de armas, líderes políticos antagónicos y representantes de intereses en apariencia irreconciliables deponen sus actitudes y construyen herramientas que reorientan el conflicto hacia resoluciones que apuntan al bien común».

Añadió que la necesidad de la orden como «factor de educación trascendente, forjador de generaciones de hombres más justos y más aptos para la conducción de la sociedad» es «imperativa» y que «no es descabellado afirmar que la decadencia de nuestra sociedad ha estado ligada, en parte, a la restricción sufrida por la francmasonería en las últimas décadas».


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