10 diciembre, 2005

Sarmiento, Gran Maestre

Recuerdos masones. En la Casa Natal de Sarmiento hay una espada masónica que fue donada al lugar en la década del '30. Además de este objeto, también está la carta de renuncia de Sarmiento a los masones, cuando asumió como presidente.


Sarmiento, Gran Maestre
El prócer llegó a tener el rango máximo que se otorga en la Masonería. Esta faceta de su vida es poco conocida.
MÓNICA MARTÍN - DIARIO DE CUYO

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La vida de Domingo Faustino Sarmiento tiene múltiples facetas. Esto tiene que ver con las muchas y variadas actividades que desempeñó durante sus 77 años. De todas ellas, una de las caras más desconocidas fue su participación en la Masonería. De hecho, en 1882 llegó a ejercer el cargo más alto de los masones: Gran Maestre de la Gran Logia Argentina de Libres y Aceptados Masones. Pero esto se mantuvo en secreto, por decisión del prócer.

Esta parte poco conocida de su vida es la que ocupará al menos un centenar de páginas de la biografía que viene preparando desde hace 7 años la historiadora rosarina Patricia Pascuali.

"El término masón todavía sigue siendo tenebroso para algunos sectores. Creo que la actividad de Sarmiento dentro de la Masonería no se difundió porque a la Iglesia no le convenía que saliera a la luz", dijo Patricia Pascuali. Es que la Masonería, una institución filosófica que nació en Francia, proclamaba la secularización del Estado y la educación laica, entre otras cosas (ver aparte). Es por eso que "la Iglesia Católica persiguió a quienes estaban encolumnados tras esta ideología", contó Pascuali.

"Sarmiento fue uno de los próceres más castigados por ser masón. Pero no era raro que los intelectuales de su época participaran en esta clase de movimientos. El problema fue que Sarmiento lo mantuvo en secreto", dijo Beatriz de Coria, encargada del museo Casa Natal de Sarmiento.

Según contó Pascuali, basada en documentación inédita que está utilizando para hacer la biografía de Sarmiento, "al asumir el cargo de Gran Maestre había ordenado que guardaran el más estricto de los silencios sobre la investidura que acababa de asumir. Era obvio, que siendo su meta central colaborar con la sanción de la ley de Educación Común Laica, la trascendencia de su cargo como Director de la Masonería le hubiera brindado a tales adversarios un poderoso argumento para descalificar la prédica de Sarmiento".

Sarmiento dio los primeros pasos en la Masonería en Chile. Allí se inició como francmasón a fines de julio de 1854. En Buenos Aires fundó la "Augusta y Respetable Logia Unión del Plata".

El sanjuanino se alejó de las filas de la Masonería en dos oportunidades. La primera vez que renunció fue cuando asumió como presidente de la República Argentina, en 1868. "Muchos consideraron que esta renuncia significaba un alejamiento de la ideología. Pero no fue así. Sólo decidió «dormirse» hasta cumplir su período al frente del Ejecutivo, porque creía que ambas actividades eran incompatibles", dijo Pascuali.

Así lo confirma el mismo Sarmiento en uno de los discursos que dio, luego de asumir la presidencia de los argentinos: "Un hombre público no lleva al gobierno sus propias y privadas convicciones para hacerlas ley y regla del Estado". Es más, terminó su disertación afirmando que apenas bajara de dicho puesto, volvería a tomar su lugar de trabajo en la Masonería. Que así efectivamente ocurrió, lo prueban las planchas que contienen los cuadros lógicos que se encuentran en el Archivo del Histórico Recinto de la Masonería de calle Perón, en Capital Federal, donde aparece el nombre de Sarmiento vuelto a la actividad logial en 1874.

La segunda renuncia se dio en otro contexto. Según Pascuali hubo "encontronazos ideológicos dentro de la logia. El conflicto es bastante complicado de desentrañar, porque todo se mantuvo en secreto. Lo que se sabe es que tuvo que ver con el apoyo de Sarmiento a la Ley de Educación Laica y gratuita y su oposición a Roca".

De todos modos, una vez que el prócer murió, los masones le rindieron varios homenajes. Ni bien murió en Paraguay, en 1888, la Masonería de ese país le rindió tributos. Después sus restos fueron trasladados a Buenos Aires y en San Nicolás de los Arroyos, en 1932, los masones del lugar le hicieron un homenaje, en nombre de la Masonería Argentina.



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07 diciembre, 2005

CÓDIGO MASÓNICO

«Adora al Gran Arquitecto del Universo».
«El verdadero culto que se da al Gran Arquitecto, consiste principalmente en las buenas obras».
« Ten siempre tu alma en un estado puro para parecer dignamente delante de tu conciencia ».
«Ama a tu prójimo como a ti mismo».
«No hagas mal para esperar bien».
«Estima a los buenos, ama a los débiles, huye de los malos, pero no odies a nadie».
«No lisonjees a tu hermano, pues es una traición; si tu hermano te lisonjea teme que te corrompa».
«Escucha siempre la voz de tu conciencia».
«Sé el padre de los pobres, cada suspiro que tu dureza les arranque, es una maldición que caerá sobre tu cabeza».
«Respeta al viajero nacional o extranjero; ayúdale: su persona es sagrada para ti».
«Evita las querellas, prevé los insultos, deja que la razón quede siempre de tu lado».
« Parte con el hambriento tu pan, y a los pobres y peregrinos meteles en tu casa, cuando vieses el desnudo cúbrelo y no desprecies tu carne en la suya ».
«No seas ligero en airarte, porque la ira reposa en el seno del necio».
«Detesta la avaricia, porque quien ama las riquezas ningún fruto sacará de ellas, y esto es también vanidad».
«Huye de los impíos porque su casa será arrasada; mas las tiendas de los justos florecerán ».
«En la senda del honor y de la justicia está la vida; mas el camino extraviado conduce a la muerte».
«El corazón de los sabios está donde se practica la virtud, y el corazón de los necios donde se festeja la vanidad».
«Respeta a las mujeres, no abuses nunca de su debilidad y mucho menos pienses en deshonrarlas».
«Si tienes un hijo regocíjate; pero tiembla del depósito que se te confía. Haz que hasta los diez años te tema; hasta los veinte te ame; y hasta la muerte te respete. Hasta los diez años sé su maestro; hasta los veinte su padre y hasta la muerte su amigo».
«Piensa en darle buenos principios antes que buenas maneras; que te deba rectitud esclarecida y no frívola elegancia. Haz un hombre honesto antes que un hombre hábíl».
«Si te avergüenzas de tu destino, tienes orgullo; piensa que aquél ni te honra ni te degrada; el modo con que cumplas te hará uno u otro».
«Lee y aprovecha, ve e imita, reflexiona y trabaja, ocúpate siempre del bien de tus hermanos y trabajarás para ti mismo».
«Conténtate de todo, con todo y por todo».
«No juzgues ligeramente las acciones de los hombres; no reproches y menos alabes; antes procura sondear bien los corazones para apreciar sus obras».
«Sé entre los profanos libre sin licencia, grande sin orgullo, humilde sin bajeza; y entre los hermanos firme sin ser tenaz, severo sin ser inflexible y sumiso sin ser servil».
«Habla moderadamente con los grandes, prudentemente con los iguales, sinceramente con tus amigos, dulcemente con los pequeños y eternamente con los pobres».
«Justo y valeroso defenderás al oprimido, protegerás la inocencia, sin reparar en nada de los servicios que prestares».
«Exacto apreciador de los hombres y de las cosas, no atenderás más que al mérito personal, sean cuales fueren el rango, el estado y la fortuna».
«El día que se generalicen estas máximas entre los hombres, la especie humana será feliz, y la masonería habrá terminado su tarea y cantado su himno regenerador».

¿QUE ES LA MASONERÍA?

(Diálogo entre un profano y un masón)



A - Sé que Ud. Es Masón. Se hablan tantas cosas sobre Uds. Que me gustaría que pudiera contestar algunas preguntas, aunque creo que no está autorizado para hacerlo.
B - Al contrario, pregunte Ud..
A - Me sorprende. Tenía entendido que los Masones están obligados a una severa discreción.
B - Eso se refiere a cuestiones internas de la Orden igual que en cualquier otra asociación.
A - Entonces, empecemos, ¿qué fines persigue la Masonería ?
B - Trabajamos por el ennoblecimiento de la humanidad y queremos contribuir para que la libertad, la tolerancia y la fraternidad dejen de ser una utopía y se extiendan cada vez más por el mundo.
A - Dicen Uds. que "trabajan". ¿Qué clase de trabajo es ese?
B - Lo hacemos sobre nuestra propia conciencia como estímulo al desarrollo moral e intelectual. Haciendo que nuestras logias sean centros de unión que permitan una amistad verdadera entre personas y fomentar cualquier obra o idea, tanto en el plano práctico como teórico que beneficie a los miembros de la institución y también al resto de la sociedad.
A - Según Uds. ¿dónde se encuentran los fundamentos de la verdadera moral?
B - En nuestra propia conciencia y en los fundamentos éticos de la cultura de la humanidad.

A - Dicen que son Uds. una asociación religiosa o política.
B - No, en absoluto. Precisamente en nuestras reuniones esta prohibido hablar de religión y política. Nosotros somos respetuosos con todas las creencias y admitimos en nuestra institución todas las formas de pensamiento dentro de¡ marco de la convivencia democrática.
A - Pero a pesar de todo dicen que Uds. no son religiosos.
B - Yo le diría lo contrario. Precisamente el masón en esa búsqueda de la verdad, suele volverse más espiritual
A ~ Dicen que hay una suprema Dirección de su Orden que abriga secretos .
B - Esa "suprema" Dirección no existe. No hay más que asociaciones de logias en cada Estado o país. Relaciones internacionales solo se establecen entre las
distintas asociaciones manera de las relaciones diplomáticas entre potencias o naciones y para regular asambleas o congresos , intercambiar noticias o coordinar acciones de común interés para todos los miembros.
A - He oído decir que la Masonería no sólo existe aquí y que se extiende a otros países.
B - La Masonería está establecida en más de 150 países, a lo largo y ancho del mundo libre, contando con más de diez millones de afiliados, respetados internacionalmente por los gobiernos y organizaciones dada su alta formación moral y ética.
A - No aspiran Uds. también a la fraternidad universal en el sentido político .
B - Sí, claro, nosotros fomentamos la democracia, el respeto a la Ley , a la autoridad legítima, proclamamos unos principios que deben regir la conducta humana y social. Por supuesto también fomentamos la paz y la solidaridad.
A- ¿Qué otras cualidades específicas consideran Uds. necesarias para ser admitido?
B - Quien pretenda ingresar en la Masonería ha de ser hombre libre, tolerante y no dogmático, tenaz y buscador de la Verdad, porque como alguien dijo, sólo ella nos hará libres.
A - Se oye con frecuencia que Uds. se llaman entre si Hermanos.
B - Lo somos en el sentido de la coincidencia de nuestros anhelos; lo somos por nuestro común ideal de fraternidad y solidaridad entre todos los hombres; además mantenemos un mismo sentido de humanidad, por un mundo donde impere la concordia v la paz.
A - ¿La Masonería es una sociedad secreta?
B - Mejor sería decir discreta.
A - Pero hay Masones que no reúnen esas virtudes que Ud. proclama.
B - Somos hombre no somos ajenos a las debilidades humanas. Pero, justamente, al ingresar en la Institución, estudiamos y trabajamos por el perfeccionamiento humano. Es nuestro camino. Es nuestro objetivo.
A - Que es lo que a su juicio hace que la Masonería, siendo tan antigua, no haya desaparecido.
B - La universalidad del ideal masónico, la solidez de sus estructuras a través del tiempo han estado siempre presentes en la evolución humana por rápida que ésta haya sido. La Masonería es una sociedad de pensamiento de reflexión de imaginación. Y por ella han pasado hombres de todas las ramas del saber humano que son los verdaderos eslabones de esa cadena humana que se llama Masonería.
A - Ahora lo tengo todo más claro.

LA ACACIA



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06 diciembre, 2005

¿QUIÉN ES MASÓN?

Dice Qohelet: «¿Qué es todo el penar y el afanarse del hombre bajo el sol? Nada, todo es una nada vacía y un hambre de viento».

Según Don Juan, el anciano brujo yoqui yucateco, «Todos los caminos son iguales: no van a ninguna parte; pero algunos tienen corazón y otros no. Cuando pienses emprender un camino, pregúntate: ¿Ese camino, tiene corazón?; si tu respuesta es sí, síguelo porque en él obtendrás fuerza. Pero si la respuesta es no, nunca lo emprendas porque te debilitará».

La vida, más allá de ilusiones cobijadas en alegorías o sueños inmortales, es un tránsito fugaz cuyo único sentido parece darlo el cómo, y no el hacia donde, ni el porqué. El fin de la vida se construye, se justifica y se resuelve en el camino. El fin son los medios, y sólo los medios dan sentido, carácter y calidad a la existencia.

La Masonería no pretende la rectitud y el perfeccionamiento ético y moral del individuo por motivos religiosos trascendentes, pues la Orden de los Constructores nunca fue una iglesia, aunque su tarea principal fuera precisamente la construcción de los templos dedicados al culto religioso.

Los Masones, herederos del Arte Real o Gran Alquimia Simbólica, adquieren conocimiento mediante herramientas razonables, y no mediante la fe o la devoción. Sus raíces se nutren en el arcano clásico, el tiempo donde el arte y la ciencia no estaban escindidos.

Las virtudes necesarias para formar parte de la Fraternidad de los Libres Constructores se describen en sus Antiguos Usos y Costumbres, y son los valores necesarios a un oficio donde lo colectivo no es la simple suma de individualidades sino su compleja articulación. En la época medieval operativa, la insolidaridad irresponsable de un obrero podía poner en peligro al conjunto de la logia, pues de la culminación exitosa de la tarea constructiva vivían obreros y familias. Un derrumbe era devastador. La noticia corría como la pólvora y no había más contratos.

En la época operativa, la iniciación ritual concluía con un doble juramento: el del obrero para con las leyes y reglamentos del gremio y de la logia; y el de todos los obreros de la logia para con su nuevo miembro, al que se comprometían solidariamente a ayudar y defender.

Pero esa iniciación ritual daba al recipiendario carácter de masón en cuanto miembro administrativo de la logia, no en cuanto obrero constructivo, pues era precisamente a partir de la iniciación cuando empezaba su aprendizaje del oficio. El masón recién juramentado era ya miembro de pleno derecho de la logia, pero como obrero era sólo un masón virtual, un proyecto de masón.

La cuestión es importante, pues define quién es masón en función del cuándo y del cómo se adquiere la condición.

Se afirma a menudo que el masón iniciado ya es masón para toda la vida, pero el asunto no parece tan claro. ¿Es masón el recién juramentado que desconoce el oficio? ¿Es masón el que conoce el oficio sin estar juramentado? Si el masón «de jure» es sólo un masón potencial inhábil para el oficio, la condición de masón integral, la única verdaderamente útil al fin constructivo, sólo se adquiere mediante la conjunción entre juramento y oficio. El francmasón se construye a sí mismo mediante el aprendizaje y la práctica del oficio después de la iniciación y no por ninguna especie de ciencia infusa durante la iniciación.

Pero si es la conjunción de la intención subjetiva -el juramento- con lo objetivo -el oficio- lo que da la condición de masón, entonces la falta de cualquiera de los dos elementos menoscaba esa condición. Quien no tiene el oficio no es del oficio aunque tenga «diploma» de tal.

Por eso la vida del francmasón es ardua y difícil; porque debe demostrar su condición, día a día, con el talante y los hechos. La Tradición Masónica lo confirma con claridad meridiana: a la pregunta ritual: «¿Sois masón?», la respuesta ritual: «Como tal me reconocen mis hermanos» no deja la menor duda: no es la calidad subjetiva, sino la demostración objetiva, la que define al masón. No soy masón porque creo serlo sino porque los demás me ven como tal.

Por eso es incierto -y muy dañino a la Orden de los Francmasones- atribuir un cierto sentido sacramental a la condición de «iniciado». El saber se aprende, no se adquiere por gracia ni inspiración. La Masonería no tiene sacerdotes, tiene maestros.

La Orden Masónica nunca fue-ni será, si permanece fiel a sus principios y postulados-una fraternidad romántica para cobijo de almas bondadosas. La Masonería nació para ejecutar en dura piedra la obra del Templo, y hoy prosigue su tarea por los aú.n más difíciles senderos del saber y la construcción del alma humana y su porvenir.

En el proceso alquímico, la luz nace de las tinieblas y la vida se nutre de muerte.

Dice Qohelet, «Lo que es, ya ha sido, y lo que ha sido, volverá. Nada es nuevo bajo el sol».

ALFREDO MELGAR


Artículo aparecido en el número 15 de la revista La Acacia, refundada por la Logia Miguel Servet

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KRAUSE: FILÓSOFO VISIONARIO,MASÓN INCOMPRENDIDO.

Krause es uno de esos personajes sobresaliente del siglo XIX ahora mejor conocido gracias a la magnífica biografía del profesor Enrique Ureña (1). De esta figura del idealismo alemán cabe destacar cuatro aspectos principales: su alta conciencia moral; su capacidad como filósofo; su entusiasmo por la Masonería y su meritorio e inagotable «propósito vital», con el que afrontó las dificultades de su vida y con el que abordó el estudio y la práctica de las múltiples materias que despertaron su interés: filosofía, masonería, matemáticas, lingüística, mineralogía, música, magnetismo animal, derecho, estética, etc.

Krause nació el 6 de mayo de 1781 en Eisenberg, Alemania, y falleció en 1832 en Munich a la edad de 51 años, habiendo dejado una obra muy importante de la que sólo una pequeña parte publicó en vida.

Mención aparte merece su profunda y particular religiosidad; su conmovedor espíritu religioso; su concepción de un Dios personal. Krause entendía la religiosidad como adoración del Infinito y unión con él. Definió la religiosidad como «amor activo a los ideales de la razón» (2). En la cúspide de su sistema filosófico Krause ubicó al «Ser» (Dios), al tiempo que rechazaba «las religiones» y sus aspectos dogmático y estatutario, llegando a perseguir la superstición filosóficocristiana:

"No he sido nunca creyente en el sentido eclesiástico del término (...). Vi muy pronto que la verdad tiene que mostrarse por sí misma (...). Esto no fue sin embargo óbice para que buscase ardientemente en esa fe la verdad que ella me ofrecía."

En cuanto a la Masonería, clave en su biografía intelectual y personal, Krause pensó que «en los Misterios de los antiguos y en la Hermandad masónica podrían encontrarse comienzos de aquella Asociación puramente humanista» que definió como la piedra angular de su filosofía práctica. El 5 de abril de 1805, Krause era recibido como Aprendiz en la logia «Arquímedes de los TresTableros». Después se afilió a la logia de «Las Tres Espadas y Verdaderos Amigos», donde pronunció un discurso que causó gran impresión según F. A. Peuckert:

"... dio muestras del celo con el que quería penetrar con su espíritu investigador y agudo, en las profundidades de la doctrina de nuestra Asociación y en la historia de la masonería..."

De la Masonería, Krause decía:

(es) «... la única institución histórica que tiene como finalidad y razón de ser el cultivo del hombre en su pura y completa humanidad», (la definió como) «El arte de educar pura y polifacéticamente al hombre en cuanto hombre, y a la Humanidad en cuanto Hurnanidad, es decir, el arte de despertar, dirigir y formar plenamente su vida; el arte de alcanzar todo aquello a lo que el hombre está llamado. Y es a la vez la totalidad (le todos los conocimientos y artes que pertenecen necesariamente a esa tarea). (3)

«tú darás a la Humanidad lo que el Estado, la Iglesia, la familia y la amistad no le pueden dar: el perfeccionamiento multiforme, equilibrado y armónico de toda la naturaleza humana, alcanzado en una paz definitiva, en una sociedad hermosa y llena de amor...»

Junto con otros Hermanos, Krause emprendió una lucha abierta contra el oscurantismo, promoviendo la publicidad de escritos masónicos impresos para dar a conocer los verdaderos orígenes y objetivos de la Hermandad. Krause criticaba duramente el secretismo y la sed de poder de los grados superiores al de Maestro, y defendía la estricta cientificidad de la investigación histórica en el terreno de la Hermandad masónica.

Algunas de sus investigaciones se dirigieron a demostrar que la masonería no se originó a partir de ninguna Orden de Caballeros, sino a partir de los gremios de constructores de la Edad Media. Su talante innovador le llevó a enfrentarse a los sectores más conservadores de la masonería alemana de su tiempo, lo que le costó su expulsión de la Orden y la enemistad de muchos Hermanos, entre los cuales surgieron verdaderos enemigos que influirían negativamente en su carrera -masónica y profesional- a lo largo de toda su vida. Todo ello le llevó a decir años después:

"Ya me ocupo poco de la masonería y lamento de corazón el largo tiempo que le he sacrificado. Los masones alemanes quieren ser engañados; hay en ellos una tendencia a la mística que sojuzga a la sana razón"

Ante la polémica publicación de «Los tres documentos más antiguos de la Hermandad Masónica», Krause argumentaba así en su favor:

«Sí, yo también he dado mi palabra de honor de no hacer público nada de la masonería en contra de mi conciencia. Y esta palabra la he de cumplir. Pero más no pude haber prometido (...) Yo tampoco puedo silenciar nada en contra de mi conciencia ( ...) ya que ninguna sociedad tiene el derecho de hacerme abjurar de mi carácter racional y de mi obligación como ser humano, ni aun en el caso de que yo hubiese sido tan imprudente como para haber querido hacer tal promesa.» Para Ureña, Krause valoró filosófica e históricamente a la Masonería como quizás nadie lo había hecho hasta entonces, a la vez que trató de transformarla en base a su ideal poniendo verdaderamente en peligro la existencia misma de la Hermandad mucho más de lo que lo hubiera podido hacer cualquier otro reformador.

En este punto nos parece oportuno subrayar que el nacimiento de la Masonería especulativa en 1717, sesenta años antes del nacimiento de Krause, desafiando el ambiente de luchas de religión en que se encontraba sumergida Europa y reclamando la unión fraternal de los hombres por encima de sus diferencias religiosas o de otro tipo, contenía como idea fundacional central la permanente superación de todo aquello que separara a los hombres y la búsqueda de la verdad, a las que Krause fue estrictamente fiel hasta su muerte.

Krause dedicó grandes esfuerzos a la filosofía, que más que un ejercicio de especulación entendía como fundamento de todas las ciencias. Muy pronto sentó las bases de su propio sistema filosófico: El Panenteísmo, cuya base es «la idea de un Dios personal e infinito, inmanente v trascendente a su creación, el mundo».

El profesor Ureña califica a Krause de visionario en relación con el influjo que habrían de tener sus ideas en el futuro, entre otras cosas porque anotó en su diario: «mirad dentro de 2.000 años si mi doctrina no ha echado raíces, y cuánto ha influido». Para Ureña, el krausismo no es ciertamente la filosofía de nuestra era pero sí tiene elementos que la hacen actual.

Dos de sus ideas «fuertes» fueron el concepto de sociabilidad como impulso básico en el ser humano así como su propuesta de grandes alianzas planetarias para el desarrollo y ordenamiento de la sociedad.

FERNANDO DE YZAGUIRRE



(1) Enrique M. UREÑA: Krause, educador de la humanidad. Una biografía. Universidad Comillas, Unión Editorial, Madrid, 1991. Excepto otra indicación, todas las citas utilizadas provienen de este libro.

(2) Rafael V. ORDEN JIMENEZ : «El sistema de la filosofía de Krause». Universidad Comillas, Madrid, 1998.

(3) Pedro ÁLVAREZ LÁZARO: "La Masonería, escuela de formación del ciudadano. La educación interna de los masones españoles en el último tercio del siglo XIX". Universidad Comillas, Madrid, 1996.



Artículo aparecido en el número 15 de la revista La Acacia, refundada por la Logia Miguel Servet

http://perso.wanadoo.es/lomise/acacia1546.htm

04 diciembre, 2005

Estado laico sociedad plural

Estado laico sociedad plural

Algunas cuestiones comentadas por los medios en los últimos tiempos, a saber: la inclusión de la asignatura de Religión católica como una asignatura curricular optativa, la eventual referencia a las raíces cristianas de Europa en la Constitución Europea, o mas recientemente aún la apertura de una gran mezquita en Granada con ayudas económicas de los Emiratos han vuelto a poner en valor la cuestión de la laicidad de los poderes públicos.
El problema de la idea de laicidad en España y su general incomprensión entre nosotros radica, a mi juicio de un lado en las inercias con las que funciona la sociedad española y de otro en que la laicidad ha sido mal definida por muchos de sus partidarios como una especie de ateísmo moderado; leía en una lista de correos laica la definición de los "laicos" como "quienes desde el ateismo respetamos las creencias ajenas y exigimos que nos dejen exponer las nuestras".

Creo que esta definición es una formulación de la laicidad errónea con el sentido originario de la laicidad y que además no permite su asunción generalizada y dificulta el logro de la mejor virtualidad que tiene la idea laica: la de ser precisamente espacio de encuentro y de mediación política. Como tiene dicho Salvador Pániker no se puede confundir la laicidad como estrategia política - imprescindible - con las opciones ateas o agnósticas : "La idea de un mundo profano, de un cosmos desacralizado, 'desmusicalizado', es un invento reciente - e ilusorio - del espíritu humano; es el gran equívoco de la tan traída y llevada modernidad. Bien está que el aparato estatal se haga laico, que se genere una ética civil y que la enseñanza se emancipe de las iglesias. Pero eso en nada tiene que ver con el supuesto ' desencantamiento' del mundo (...) Es precisamente el logos, y no el mito, el que nos devuelve a una realidad infinitamente misteriosa, velada, terrible y fascinante".

Por mi parte creo que merece la pena propugnar una laicidad que convoque a todos, y no solamente a los ateos o agnósticos, es decir una laicidad que no se manifieste como una opción metafísica encubierta sino como una fórmula política y por lo tanto estrictamente neutral en términos metafísicos y sólo beligerante en el ámbito de lo político, una laicidad como estrategia para la libertad, una laicidad en lo político abierta a la religiosidad personal y social, del mismo modo que al ateismo y el agnosticismo como opciones legítimas que compiten intelectualmente entre sí, y que no son sino el fruto de las diferencias razonables que nos separan pero que pretende un orden político que no se limita a ser una mera exaltación o celebración de la comunidad sobre la que se funda, una laicidad estratégica para establecer un poder público al servicio de los ciudadanos personalmente considerados y en su condición de tales y no tanto en función de su identidad nacionalitaria, étnica, de clase o religiosa.

El entendimiento habitual de la laicidad como una forma de "ateismo o agnosticismo tolerante" es contradictorio con el espíritu laico como espíritu de mediación civil. La laicidad de los poderes públicos no niega sino que presupone la pluralidad de creencias y convicciones en el seno de la ciudadanía y tampoco niega, sino que presupone la libertad de predicar y críticar, la apologética y también la competencia intelectual entre las diferentes opciones espirituales y metafísicas que se dan entre nosotros.

La laicidad necesaria es a mi juicio la que propugna el gran profesor italiano Norberto Bobbio :"El espíritu laico no es en sí mismo una nueva cultura, sino la condición para la convivencia de todas las posibles culturas. La laicidad expresa más bien un método que un contenido". La laicidad no puede ser por lo tanto una posición metafísica, religiosa o antireligiosa, sino una metodología de convivencia entre todas las posiciones.

A mi juicio la verdadera virtualidad de la laicidad no se reduce a un debate entre clericales y anticlericales ( debate por otro lado siempre interesante) sino que consiste en algo mucho mas valioso y de mas calado político, a saber : pretender un orden político que no se limite a ser una mera exaltación o celebración de la comunidad sobre la que se funda, para llegar así a establecer un poder público al servicio de los ciudadanos personalmente considerados y en su condición de tales y no tanto en función de su identidad nacionalitaria, étnica, de clase o religiosa.

Conforme a ese propósito laico el centro y fundamento de lo político, no es ninguna esencia colectiva, ni el "ius sanguinis", ni la adhesión a una fe revelada por muy verdadera que esta sea , ni por supuesto la gloria de una dinastía o la hegemonía de una etnia sino la realización material y moral de un ideal de convivencia.

La cuestión a tratar es, partiendo del reconocimiento de la consustancialidad comunitaria del individuo: ¿ como dar a lo comunitario ( y la religión es un factor comunitario) lo que es suyo salvando al mismo tiempo el proyecto de un poder societario que garantice la autonomía del individuo no sólo frente al poder político mismo sino incluso frente a los requerimientos posesivos de su propia Comunidad?.

Esta pregunta no es sino una formulación específica, ad hoc para penetrar en el problema de la laicidad, de aquellas cuestiones con las que Rawls comienza su propio trabajo de construcción del concepto de liberalismo político: ¿Cómo es posible la existencia duradera de una sociedad justa y estable de ciudadanos libres e iguales que no dejan de estar profundamente divididos por doctrinas religiosas, filosóficas y morales razonables ?.

La laicidad no supone simplemente la aconfesionalidad pasiva del Estado sino que es un compromiso más ambicioso de crear y sostener un espacio político definido exclusivamente por la ética y la simbólica civil, cerrando el paso a toda confusión política de lo confesional o de lo étnico. Desde el punto de vista laico la condición de ciudadano es la única sobre la que tiene competencia el poder político y es, en virtud de ese único título que se establece la capacidad de cada uno para participar en la constitución y control de ese mismo poder político sin que pueda tenerse en cuenta ninguna otra condición, no sólo la pertenencia religiosa sino tampoco la raza o la pertenencia étnica .

Es imprescindible rescatar el núcleo eficiente de laicidad, aquello que la hace valiosa y nos permite reconsiderar los fundamentos de todo lo político: aquello que nos descubre el origen de la Democracia como fórmula de convivencia que hace de la ciudadanía, y no de la sangre o de la fe religiosa, su piedra sillar.

Javier Otaola.- Abogado y Escritor
octubre 2004

http://usuarios.iponet.es/ddt/laicidad.htm

Metáfora y Política

Los poetas y los fundadores de religiones siempre lo han sabido, nuestro Ortega y Gasset lo señaló ya en 1920, pero desde los trabajos de los filósofos de G. Lakoff y M. Jonson (1980, 1999), ya es incontrovertible que buena parte de nuestra experiencia cotidiana del mundo y de nuestras relaciones sociales están estructuradas metafóricamente. Somos seres simbólicos y en la misma medida metafóricos.

"La metáfora es la aplicación a una cosa de un nombre que es propio de otra" (Aristóteles, Poética, cap. 21). Metáfora significa en griego moderno mudanza o transporte. Cuando trasportamos un nombre de una cosa a otra cosa estamos trasladando con ese nombre todo un contexto de causalidades y semejanzas, de pregnancias afectivas y simbólicas. La metáfora es en efecto el acto de transportar un conjunto de relaciones, desde una realidad a otra, aplicando así una forma de razonamiento analógico. De ahí que Aristóteles asociara metáfora y semejanza: "la habilidad para utilizar la metáfora entraña una percepción de las similaridades" (Aristóteles, Poética, cap. 22).

En una primera aproximación literaria a la metáfora podemos convenir que la función de la metáfora es la de proporcionar placer estético al entendimiento por cuanto nos permite dar intensidad y colorido a las cosas, esta era la función principal que le otorgaban los clásicos latinos de la Retórica como Quintiliano (Institutio oratoria).

Sin embargo el racionalismo y el empirismo del XVIII pronto comenzó a recelar de la metáfora por su capacidad para seducir, confundir y ocultar. Para Locke la metáfora es una especie de abuso verbal que ha de evitarse en el discurso propio del conocimiento: "Si pretendemos hablar de las cosas como son, es preciso admitir que todo el arte retórico, exceptuando el orden y la claridad, todas las aplicaciones artificiosas y figuradas de las palabras que ha inventado la elocuencia, no sirven sino para insinuar ideas equivocadas, mover las pasiones y seducir así el juicio..."(Ensayo sobre el entendimiento humano, III, cap. X, 34).

El lenguaje político añade problemas propios al juego metafórico del lenguaje. El problema con las metáforas cuando se emplean en lenguaje político o en el debate público es que por una parte, como ya dijimos, la metáfora se presta fácilmente para encubrir la realidad, puede suceder que la similitud que se aplica a una situación sustituye la lógica de lo sustituído y la realidad suplantada queda oculta detrás de imágenes y máscaras. Por otro lado la capacidad connotativa de la metáfora para arrastrar tras de sí emociones y sentimientos hace que las metáforas pueden llegar a matar.

Nuestro lenguaje civil está lleno de metáforas guerreras o escatológicas, zoológicas o médicas, casi siempre violentas: los conflictos se disfrazan de “luchas y batallas”, los debates se convierten en “duelos” o “combates”, las decisiones son “quirúrgicas”, las sentencias judiciales “varapalos”, destituir es “cortar o guillotinar cabezas”, las contradicciones no son simplemente discrepancias sino “ataques” o “asaltos”, una opinión discrepante se muta en un “torpedo” o en un “pulso”; en otro sentido las ideas se convierten en “personas” de tal modo que la Izquierda y la Derecha se nos aparecen como entidades metafísicas con vida, sentimientos y voluntades propias, se muestran “saludables” o “enfermas”, “astutas” o “ciegas”, la Familia “perece”, los Proyectos “se ahogan”, “estan en la UVI” o “resucitan”, las Lenguas tienen derechos, “sienten”, “sufren” o “gozan”, los muertos “aplauden” o “reprueban”, las “patrias” lloran, sangran, padecen, los adversarios políticos son “alimañas”, “lobos” o “ratas” las intenciones son “diabólicas”, “infectas” o “venenosas”.

No es casualidad, sino que responde seguramente a una forma de verdad que no podría representarse de otro, que en los albores mismos del pensamiento político moderno, tanto en el pesimismo de Hobbes, con su ¿axioma metafórico?: /el hombre es un lobo para el hombre,/ y con su Leviatán, como en el optimismo de Rousseau con su buen salvaje y su Voluntad General, la idea misma de Estado o del Poder se concibe como una gran metáfora monstruosa del individuo, como una trasposición del sujeto individual al sujeto colectivo que se convierte así en una especie de Ogro Filantrópico. Pero esas fórmulas no son en definitiva mas que imágenes que representan ciertos aspectos de la realidad del poder, pero que ocultan otros.

El lenguaje y el pensamiento metafórico son seguramente ineludibles ya que es una manera rápida y eficaz de representar de una forma sencilla cuestiones que son complejas, pero se trata también de una estratagema brillante de ocultar la realidad de las cosas. Es crucial que nunca perdamos de vista su carácter instrumental y que nos percatemos de sus funciones y limitaciones para no incurrir en abusos como hablantes, ni ser víctimas, como escuchantes, de engaños ni chantajes afectivos

En un discurso es muy importante distinguir lo que es metafórico de lo que no lo es.

La metáfora nos aporta una verdad de sentido, pero no una verdad a secas. Confundir una cosa con otra puede ser letal.

Cuando decimos de alguien que tiene un corazón de oro, estamos hablando de calidades emocionales, y no de una monstruosidad anatómica, cuando decimos que alguien es la oveja negra del rebaño, señalamos una contradicción pero no queremos reducir a nadie a la condición de ganado, y así sucesivamente.

Incluso la palabra “El Pueblo” que nos parece constitutiva de lo político no es sino una metáfora de una unidad que sólo es imaginaria. Lo único que no es metafórico es la gente concreta, diversa y contradictoria, con sus vicios y sus virtudes, de carne y hueso, con sus derechos y deberes, con sus problemas y sus expectativas, con sus múltiples sensibilidades y prejuicios, la gente que se levanta cada día a trabajar o a buscar trabajo y se acuesta cada noche a descansar y a abrazarse.


Javier Otaola
Agosto 2005

http://solotxt.brinkster.net/tabularium/javierotaola.htm

De duelo la masonería

De duelo la masonería
Arturo Fortun

Una genuina columna acaba de pasar al “Eterno Oriente”, nos estamos refiriendo al IPH: Angelo Martín, fundador indirectamente de la Serenísima Gran Logia de la Lengua Española, ya que desde los catorce años de edad estuvo al lado de su padre el también IPH: Pedro Martín, fundador de la ya mencionada Gran Logia.
Conocimos a Don Angelo Martín, cuando después de una separación al regresar con un grupo nutrido de HH: de Nuevo a la Serenísima que tan ilustramente dirigió su padre.

Fuimos nombrados en aquella ocasión por el Gran Maestro IPH: Humberto Mursuli, para ocupar la Presidencia del Comité representativo de la Serenísima para negociar “fraternalmente” junto con los IPH: Juan Montalvo y Jorge Wharton, el regreso de esta lumbrera masónica a nuestro grupo.

Como dirigente sindical que era en su vida profana (no masónica), ejerció siempre ese carisma que sólo lo tienen los “llamados”. Inmediatamente la Res: Logia Simb.: Silencio No.16 que él representaba en el Gran Oriente, y la Logia de la Serenísima que llevaba su mismo nombre se unieron, y bajo su dirección se creó uno de los Auxilios Masónicos más grandes de la historia de la Masonería Cervantina en el continente Norteamericano.

Supo en momentos, donde la cordura no reinaba, alejarse por un tiempo ya que debido a las raíces martinistas, él no podía ser parte de todo lo que estaba sucediendo en aquel entonces.

No fuimos a su sepelio (aunque me había comprometido con varios hermanos a darle el “último hasta luego”, antes de pasar al Oriente eterno a nuestro IPH: Angelo Martín) pero “este no era el momento” ya que la vida la dictan las circunstancias, decisión que ahora me di cuenta, un día después de su entierro, y por los acontecimientos ocurridos el domingo 20 de noviembre que fue lo mejor que hice. Lléguele a su familia y a los HH: de las Logias Silencio No.16, y Pedro Martín, nuestro más profundo pesar !Qué descanse en paz, qué así sea!


Puede llamar al (718) 470-0633 o puede escribir
a Fraternales C/O Arturo Fortún P.O. Box40571, Glenoaks, NY 11004.


http://www.eldiariony.com/noticias/detail.aspx?
section=130&desc=Religi%C3%B3n&id=1287179