18 marzo, 2007

El damero masón llega a Málaga

La logia Heracles comenzará su andadura este fin de semana en un punto secreto de la provincia. Su maestro abre sus puertas a SUR
TEXTO: IGNACIO LILLO / FOTO: SUR / MÁLAGA/
PERSEGUIDOS por sus ideas revolucionarias, temidos por su supuesto poder, y, ante todo, desconocidos, la masonería se ha desarrollado a escondidas en toda Europa desde la Edad Media. Pero los tiempos han cambiado y los masones empiezan -tímidamente- a salir a la luz. Este fin de semana nacerá una nueva logia en la Costa del Sol -bajo el nombre de Heracles- y Galo, su venerable maestro, se ofrece de guía por este enigmático mundo.

El grupo comienza su andadura hace tres años. Tiene 20 miembros -entre maestros, compañeros y aprendices- en su mayoría de Málaga. Hasta ahora funcionaban como triángulo (orden anterior a la logia), bajo los auspicios del Gran Oriente de Francia, esto es, una de las ramas masónicas existentes en Europa. «Nos permite compatibilizar la reflexión simbólica y filosófica con la proyección hacia la sociedad y la actualidad», explica Galo.

Han cumplido la mayoría de edad, y llega el momento de «Levantar la columna o Encender las luces», de pasar de triángulo a logia, explican. Pero hasta llegar aquí han pasado meses de aprendizaje y evolución. Según relata el maestro, «surge de cero, una persona contacta con el Gran Oriente y se inicia en Alicante, en Constante Alona, nuestra logia madre, con visitas cada dos o tres meses. Otros se unen, y nos damos cuenta de que podemos crear un triángulo. Entonces había un maestro, ahora somos nueve». De esta forma, se convertirá en entidad soberana, confederada con el resto de logias y bajo la obediencia del Gran Oriente de Francia.

La vida de la logia

Según sus responsables, el objeto supremo de la logia es la búsqueda de la verdad. «Somos un grupo de personas en busca del conocimiento, de nuestro crecimiento personal y del progreso de la Humanidad por la solidaridad», explica. En sus temidas (nombre que reciben las reuniones) se debate sobre la simbología, los orígenes, las herramientas, sus significados morales y los grandes valores.

El maestro acentúa su implicación social, con foros sobre la eutanasia, la corrupción, la especulación, el cambio climático y la inmigración. «Es un espacio de resonancia y libertad de expresión, por eso se trabaja a cubierto, para que nuestras ideas no sean malinterpretadas». Pese a ello, el maestro rechaza que se trate de una sociedad secreta. «Somos discretos, pero la gente sabe que existimos y existe mucha información, sobre todo en Internet».

Las sesiones comienzan con la confección de unas planchas que se leen y se debaten. «En la vida profana existe la confrontación. Nosotros buscamos la complementariedad, las opiniones contrarias se complementan y se reconoce al otro. Es el damero, el símbolo del conjunto, complementario y no opuesto».

Galo también niega que sea una organización excluyente. «Puede ser masón cualquier persona libre y de buenas costumbres. No se acepta a quienes sigan conceptos totalitarios, integristas, racistas ni xenófobas. Sólo hay que ser honrado y honesto, y no acercarse a la masonería para medrar».

Explica Galo que cuando alguien pide el ingreso se hace circular su nombre y se le hacen tres entrevistas, sobre su situación personal, psicológica y social. Con ello se elaboran tres aplomaciones (informes), que se leen en las temidas. «Se debate su idoneidad y se vota en bola blanca y bola negra. Si salen todas las bolas blancas, lo que se llama limpio y sin mácula, se aprueba». A un candidato no se le rechaza, sino que se le deja pendiente, pues «se entiende que no es el momento adecuado para entrar». Tras el primer visto bueno se consulta el fichero de no rechazados y se espera un mínimo de dos meses para la iniciación. Sólo se comunica si ha sido aceptado, nunca al contrario.

El maestro desmiente otra vieja creencia, como es la vinculación de la masonería a individuos de alto nivel y poder adquisitivo. «Somos personas de todo tipo y condición, de clase media. Trabajadores, asalariados, abogados, médicos, funcionarios, instaladores y banqueros, con una edad media de unos 40 años. Tenemos en común ser idealistas y tener ganas de hacer algo por uno mismo y por los demás».

Aprendices, compañeros y maestros -los tres niveles- se reúnen juntos, pero en cámaras (niveles de conocimiento) distintas. «Es una orden iniciática y progresiva, cuando dominas las herramientas del aprendiz estás en condiciones de subir de salario, de aprender las del compañero», dice Galo.

Si no se han planteado la masonería como una posibilidad de activismo cívico e ilustrado, desde este fin de semana tendrán esa oportunidad.


Fuente:
http://www.diariosur.es/prensa/20070317/malaga/damero-mason-llega-malaga_20070317.html