05 octubre, 2008

Masones del siglo XXI

El jueves se constituye la logia Sol de Levante 161, que cuenta con una docena de “hermanos”. Han pasado de ser sociedades secretas a sociedades discretas en el mundo contemporáneo
J. CARLOS ORTEGO , MAÓ

Ya no son sociedades secretas sino sociedades discretas. Los masones han superado la leyenda negra que el franquismo y otros poderes tejieron antes sobre ellos y ahora se organizan y no tienen inconveniente en reconocer su existencia y actividad. El jueves se constituye la logia Sol de Levante 161 que, como su nombre sugiere, es menorquina y la 161 de la Gran Logia de España. El acto se celebrará en el “templo”, ubicado en Es Mercadal, y contará con la asistencia del “muy respetable gran maestro” nacional, José Carretero Doménech, y el “respetable maestro provincial”, Manuel Rull Hormaechea.
La logia agrupa a una docena de miembros, aunque consta que hay otros durmientes o excedentes, y tendrá como idioma el castellano. Surge de la “Menorca 60”, creada décadas atrás, que sigue activa y es de habla inglesa.

Con una gran tradición histórica y un ámbito que abarca los cinco continentes, los masones defienden su papel en el mundo de hoy. “Mientras haya guerras, odio entre los seres humanos, problemas de hambre, miseria, enfermedad, la masonería tiene sentido”, explica Francisco Caras, quien el jueves será investido venerable maestro de la logia menorquina tras haber sido iniciado en la organización en 1997.

La masonería se define a sí misma como “una institución universal, esencialmente ética, filosófica e iniciática, cuya estructura tradicional la constituye el sistema educativo, tradicional y simbólico”. La cuestión religiosa se resuelve con claridad absoluta, los masones son creyentes –en el caso de la logia menorquina hay católicos practicantes–, aunque desde una posición liberal, “la creencia en un Dios único, al que denomina gran arquitecto del Universo, el amor a la humanidad y la fraternidad universal son las bases fundamentales de su doctrina”.

La logia menorquina se reunirá una vez al mes de forma regular de acuerdo con los rituales propios de estos grupos, con peculiares ceremonias e indumentaria. “Trabajamos el simbolismo, todos los elementos de la construcción los aplicamos simbólicamente a nuestra organización, la liturgia es una parte importante”, agrega Caras. Todo el lenguaje masón se inspira, en efecto, en la construcción, el propio nombre significaba albañil en la sociedad medieval de Francia e Inglaterra.

Menorca cuenta con una gran tradición masónica, Deseado Mercadal enumeraba once a finales del siglo XIX, la mayoría de ellas establecidas en Maó. “Los amigos de la humanidad” fue posiblemente la más activa.