23 junio, 2008

Castellón, capital de la masonería

Acaban de reunirse en la ciudad levantina. Son sólo 4.000, pero están creciendo y su objetivo es que la gente conozca su realidad, no su leyenda.
A eso de las dos de la tarde, las pocas personas que cruzan por la Ronda Mijares de Castellón de La Plana se sorprenden al ver una larga comitiva de personas (hombres, mujeres, jóvenes, mayores) que caminan desde el hotel Castellón Center hacia un restaurante cercano. Son más de doscientos. Ellos van, casi todos, de traje y corbata. Ellas, elegantes también. Charlan y ríen. Es sábado, 7 de junio, y ninguno de los castellonenses que les ve pasar sabe que está ante los asistentes a la asamblea general de la Gran Logia Simbólica Española (GLSE), la más nutrida organización de la Masonería liberal, adogmática y laica que hay en nuestro país. Los más de doscientos masones, la mayoría de ellos diputados por sus respectivas logias, han hecho una pausa para comer; llevan reunidos desde las diez de la mañana y aún quedan horas de trabajo. En contra de lo que suele pensarse, no hay una sola masonería sino varias.
Cuando alguien logra ingresar en la hermandad (algo que no es fácil y que lleva mucho tiempo) se integra en una logia, que es el órgano básico de funcionamiento y que, en España, suele contar con un número variable de hermanos, por lo general entre diez y treinta. Dependiendo de su manera de pensar, las logias se agrupan en grandes logias, a las que también se llama Obediencias y, en algunos casos, Grandes Orientes. En España hay casi una decena de obediencias pero, como explica el Gran Maestre de la GLSE, Jordi Farrerons, todas se agrupan en sólo dos ramas. Una es la anglosajona, que se llama a sí misma “regular”, y luego están todas las demás, que integran la masonería liberal. Los primeros, agrupados en la Gran Logia de España, no permiten la entrada a las mujeres y se caracterizan por creer en Dios y en la inmortalidad del alma. Pero los masones liberales sí admiten mujeres y tienen absoluta libertad de creencias: de ahí lo de “adogmática y laica”. Están, al menos en apariencia, más divididos que los regulares, pero lo cierto es que funcionan algo así como las comunidades autónomas: la gran mayoría de ellas mantienen relaciones estrechas entre sí. Las dos ramas de la masonería española reúnen ahora mismo a cerca de 4.000 hermanos.

Darse a conocer
Sorprende lo escaso del número, aunque va creciendo con buen ritmo. En Francia hay no menos de 250.000 masones. En Estados Unidos pasan de siete millones. Sólo en Bélgica hay más masones que en toda España. Lo mismo sucede en Italia, Alemania y en la práctica totalidad de los países de tradición democrática. El gran maestre de la GLSE, el periodista Jordi Farrerons, (acaba de cumplir el segundo de sus tres años de mandato), explica cuál es el motivo de que los masones españoles sean hoy, en comparación con otros países, tan pocos: “Se trata de un problema de desconocimiento. La gran mayoría de la sociedad no sabe lo que es la masonería. Y no porque los masones no hayamos querido darnos a conocer, algo que es ahora mismo nuestro principal objetivo, sino porque durante muchísimo tiempo, durante toda la dictadura de Franco, y aún después, se nos cortó toda posibilidad de expresión. Somos legales desde 1980 y tan sólo en los últimos años empieza a abrirse en los medios un espacio de información serio y objetivo. Eso es lo que buscamos. Que la sociedad sepa lo que somos y que, luego, decida si le interesa o no esta opción fi losófi ca”. Franco hizo algo más que impedir que los masones hablasen. El dictador, que intentó al menos una vez hacerse masón y que fue rechazado (sucedió en Ceuta, en los años veinte), desarrolló tal odio por la hermandad que su régimen concluyó con cifras de escalofrío: al menos 18.000 personas fueron ejecutadas en España por el delito de ser masones, y en el Archivo de Salamanca se guardan los expedientes de más de 80.000 españoles que fueron encarcelados, exiliados, perseguidos bajo la acusación de pertenecer a la hermandad. Lo dramático del asunto es que, al concluir la Guerra Civil, no había en España más de 6.000 masones. Ese fue el resultado de las obsesiones personales del caudillo.

Ideas preconcebidas
Farrerons tiene claro que esa durísima persecución ha dejado en el imaginario colectivo de los españoles una imagen negativa que está aún muy viva. La idea de una especie de secta, de sociedad secreta que se dedica a conspirar. “Eso es ridículo. La masonería ya no es una sociedad secreta. Hemos tenido que serlo durante los cuarenta años de la dictadura, claro está. La Masonería sólo fl orece cuando hay libertad y democracia: históricamente nos han perseguido todos los totalitarismos, desde los fascistas a los comunistas. Pero en todos los países de tradición democrática, la masonería funciona con normalidad y está bien considerada. La lista de masones ilustres de todo el mundo habla por sí sola. ¿Por qué nos persiguen las dictaduras y ciertas instituciones que están en la mente de todos? Pues porque la masonería es un método de perfeccionamiento personal que trata de formar hombres y mujeres libres e iguales, que piensen por sí mismos, que sean críticos y que no se sometan a consignas, dogmas ni fanatismos. La masonería no se mete ni en política ni en religión, sólo trata de crear personas capaces de razonar sin que nadie les diga qué tienen que pensar. Los límites son la libertad, la igualdad y la fraternidad. Eso, claro está, no interesa nada ni a totalitarios ni a dogmáticos”. La asamblea general de la GLSE concluye con la entrada de delegaciones de numerosos países: Francia, Italia, Rumania, Grecia, Venezuela y muchos más. El gran maestre explica que el trabajo de los masones no se limita, ni mucho menos, a darse a conocer. Hace pocos meses, tres Obediencias liberales españolas hicieron público un documento conjunto en el que se abogaba por la separación real de la Iglesia y el Estado y por la creación de un espacio de laicismo constitucional en el que cupiesen todos los ciudadanos. Ahora se prepara otro documento para pedir una ley de memoria histórica que reconozca a la Masonería no sólo su tremendo sacrificio sino todo lo que ha hecho por la libertad y el progreso de las personas. “Una de las funciones que hoy puede cumplir la masonería –concluye Farrerons– es la de mediación. Los masones estamos acostumbrados a dialogar, a respetar los puntos de vista de otros, a escuchar y a que nos contradigan sin que eso suponga un conflicto. Ese es nuestro método. No somos perfectos, pero eso sí lo sabemos hacer bien. Así que seríamos buenos mediadores

Fuente:
http://www.tiempodehoy.com/default.asp?idpublicacio_PK=50&idioma=CAS&idnoticia_PK=51298&idseccio_PK=683&h=080613

22 junio, 2008

La Masonería española abre sus puertas como sociedad discreta y no secreta

Las distintas logias masónicas españolas, agrupadas en el Entorno Masón Liberal Ibérico, han decidido 'salir del armario' en el que tuvieron que recluirse para sobrevivir durante la represión franquista, pasar de sociedad secreta a sociedad discreta y ofrecer un interlocutor válido a la sociedad.

En esta línea de abrirse a la sociedad, la Gran Logia Simbólica Española (GLSE) ha nombrado al escritor y masón Ignacio Merino, director de comunicación de esta asociación de logias masónicas que bajo las siglas GLSE agrupa a varias de estas sociedades con residencia en el territorio español, que libremente se han adherido a su Constitución y a sus Reglamentos Generales, en forma de estructura federativa.

Junto a otras asociaciones masónicas como la Gran Logia Femenina de España o el Derecho Humano, la GLSE se considera como la heredera de la tradición liberal española que luchó por los derechos y libertades desde la Guerra de la Independencia, habiendo acogido en su seno a personalidades como Sagasta, Canalejas, Salmerón o los intelectuales que desarrollaron el krausismo y la Institución Libre de Enseñanza.

La salud de la masonería en España es ahora bastante buena, dice Merino, Gran Canciller (responsable de los contactos con otras logias); llama mucha gente de toda condición a nuestra puerta solicitándonos información y pidiéndonos entrar -afirma durante un almuerzo con un pequeño grupo de periodistas-.

Y esto ocurre, superados ya los recelos y fobias que la masonería despertaba por la leyenda negra y su carácter de sociedad cerrada, porque precisamente la masonería nace en la propia sociedad, entre personas que no se enmarcan en nada y que en otras estructuras no encuentran el camino que buscan para su desarrollo personal,'y aquí sí lo hacen por el equilibrio, el respeto y la neutralidad en el que siempre jugamos'.

Ignacio Merino explica que el secreto que ha rodeado siempre a la masonería se justifica en que es una sociedad iniciática y que como tal mantiene hacia el interior una serie de ritos y de disciplinas, secretos incluso para los distintos grados de los que se adentran en ella y que van conociendo según avanzan en ese camino iniciático.

Otra de las causas, agrega, es la persecución que ha venido sufriendo en muchos países, principalmente católicos y más tras la Bula del Papa Clemente XII, que llevó en España a Felipe V, después a Fernando VI y a Fernando VII a prohibirla, hasta llegar a la etapa del franquismo donde sufrió prácticamente el extermino total.

Hoy, superada ya esa etapa, existe en España una incipiente masonería integrada por hombres y mujeres que aspiran a contribuir a la extensión de todos los valores humanistas y democráticos mediante la tolerancia, la reflexión y la profundización en los derechos humanos y sociales.

La Gran Logia Simbólica Española aspira a ser uno de sus referentes activos, señala el flamante nuevo responsable de comunicación, no 'como sociedad secreta sino discreta, ya que como orden iniciática mantiene ciertos secretos internos en cuanto al contenido de sus diferentes grados y símbolos, y en sus tenidas (reuniones), como lo ha venido haciendo la gran tradición hermética desde hace siglos'.

Pero, puntualiza Ignacio Merino, éstos secretos sólo conciernen a los francmasones y no están relacionados con ningún propósito social ni conspiración política. En sus tenidas o asambleas rituales, no está permitido hablar de religión o política, precisamente por el respeto a las opiniones y creencias de cada cual, dice.

La masonería liberal que representa la GLSE, agrega, está abierta a la sociedad y ofrece su método espiritual a quien se lo demanda, pero sin hacer proselitismo. Acoge en plena igualdad a hombres y mujeres y no hace distinción por razones de ningún tipo, salvo en el caso de personas racistas, violentas o que aprueben cualquier tipo de terrorismo. El setenta u ochenta por ciento que vienen pidiendo entrar, consiguen ser admitidos, afirma Merino.

Fuente:
http://actualidad.terra.es/sociedad/articulo/masoneria-espanola-abre-puertas-sociedad-2566795.htm

Los masones recuperan poder en Portugal

La sociedad secreta, llena de políticos e intelectuales, adquiere visibilidad

FRANCESC RELEA - Lisboa - 22/06/2008

Destacados dirigentes políticos, ex presidentes de la República incluidos, militares, empresarios, banqueros e intelectuales, pertenecen a alguna logia masónica de Portugal. La influencia política y económica de la sociedad secreta en el país vecino es incuestionable, y todo indica que irá en aumento. El objetivo es el 2010, año de la conmemoración del centenario de la proclamación de la República. La masonería aspira a una participación masiva en las celebraciones y quiere ser aceptada como interlocutora en la comisión oficial.

Según el periodista António Melo, buen conocedor de las interioridades del mundo masón, el Gran Oriente Lusitano (GOL), principal organización de la masonería portuguesa, aspira a tener un papel destacado en los actos del centenario, similar al del presidente de la República o el Parlamento.

Hace unas semanas, el GOL reeligió por otros tres años a António Reis como Gran Maestre, la máxima autoridad. Este historiador de 60 años, fundador del Partido Socialista, protagonista destacado de la revolución de los claveles (abril de 1974) que acabó con la dictadura, y ex ministro de Cultura, derrotó al candidato aspirante, Felipe Frade, coronel retirado de 65 años, que en los años de la dictadura salazarista fue detenido por la policía política PIDE.

António Reis se resiste a revelar nombres de masones en cargos relevantes. Las normas exigen mantener en secreto la identidad de los "hermanos", aunque hay algunos que salieron a la luz hace tiempo. El ex presidente socialista Mario Soares (1986-1996) se hizo masón en Francia, en su época de exiliado. Su hijo Joao, ex alcalde de Lisboa, es un masón más activo, al igual que algunos ministros del actual Gobierno socialista, como Rui Pereira (Administración Interna).

En política, la mayoría de masones están en el PS y el Partido Social Demócrata, aunque los hay afiliados al derechista Centro Democrático Social-Partido Popular y simpatizantes comunistas. Varios capitanes de abril son masones, incluido el coronel en la reserva Vasco Lourenço, coordinador del proceso revolucionario y ex gobernador militar de Lisboa.

Los mayores enemigos de las logias han sido las dictaduras, Salazar en Portugal y Franco en España, y la Iglesia católica, que emitió más de 10 bulas papales que la condenaban por diabólica. El salazarismo prohibió sus actividades y expropió sus bienes. Los masones estuvieron en la resistencia, recuerda el gran maestre Reis. Al final de la dictadura apenas quedaban tres logias en Portugal, con medio centenar de hermanos.

Si nos remontamos más atrás, la mitad de los políticos de la época liberal de la primera República (1910-1926) fueron masones, incluidos los tres presidentes, que llegaron a ser grandes maestres. En el XIX, llegaron a lo más alto. El rey Dom Pedro IV, emperador de Brasil, fue gran maestre del Gran Oriente Brasileño.

La masonería de Portugal tiene la estructura más antigua de Europa, después del Reino Unido. La primera logia fue fundada por comerciantes británicos residentes en Lisboa, en 1727, diez años después de que la masonería diera sus primeros pasos en Londres. La sede del Gran Oriente Lusitano está en un palacio del siglo XVIII. El patrimonio de la institución está valorado en millones de euros, sobretodo por los edificios del centro de Lisboa, como el internado de Sao Joao y una antigua escuela, y en otros puntos del país y las Azores. Hasta en Macao, ex colonia portuguesa en Asia, hay una logia masónica.


Fuente:
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/masones/recuperan/poder/Portugal/elpepusoc/20080622elpepisoc_8/Tes

La masonería resurge en El Puerto

Los masones gaditanos celebran una Tenida Blanca, una ceremonia abierta a amigos y familiares
22.06.08 -
CRISTINA LOJO

La masonería vuelve a resurgir con cierta normalidad después de haber estado perseguida durante la dictadura franquista. Sus miembros celebraron ayer una asamblea en El Puerto en la que el venerable maestro de la logia de la provincia de Cádiz, llamada de La Constitución, Luis Montes, permitió entrar a amigos y familiares de los hermanos. El objetivo del encuentro fue el de cerrar el año masónico, que como el año escolar va de septiembre a junio. En la ceremonia, denominada Tenida Blanca porque estuvo abierta al público, Luis Montes fue reelegido venerable maestro (el jefe de la agrupación) y se rindió homenaje a los hermanos fallecidos y a los redactores de la Constitución de 1812 con una conferencia del cónsul general de Perú en Andalucía, Humberto Arteaga. A las 12.00 horas los hermanos entraron en el Templo y celebraron a puerta cerrada la tenida, que una hora más tarde repitieron con público.

«¿Queda alguien fuera del Templo, hermano vigilante primero?». «No, venerable maestro, no queda nadie». Después de esta comprobación comenzó la asamblea en la que Luis Montes se dirigió a los presentes guardando escrupulosamente el protocolo masónico. Se realizaron tres lecturas. Una para explicar la simbología del Templo, otra para hablar de la fraternidad y la libertad, y la última centrada en la Constitución de 1812 y la aportación masónica e iberoamericana en la redacción del texto.

Fraternidad

«¿Qué es la fraternidad?, hermano vigilante segundo». Y éste respondió: «Muy sencillo, venerable maestro, la fraternidad es la unión de la familia». De este modo, entre preguntas sobre valores morales y lecturas filosóficas fue desarrollándose el acto hasta llegar a su punto final con el paso del cepillo, que ayer estaba destinado a un convento de Jerez, y el hermanamiento de los presentes a través de la unión de las manos.

La masonería continúa siendo algo tan desconocido como exótico para la mayoría. Con el acto de ayer, se intentó acercar a todos los presentes sus objetivos, centrados en la fraternidad.

El término masón viene del francés maçon, que significa albañil. Eran los antiguos picapedreros o constructores de catedrales que se juntaban por gremios. En 1711 dos pastores protestantes hacen las primeras constituciones masónicas en Inglaterra y deciden que en lugar de hablar de Jesucristo o la Virgen María, ya que eran protestantes y no es una sociedad religiosa, decidieron llamar al ser supremo el Gran Arquitecto del Universo en lugar de Dios, Alá o Yahvé.

«Para ser masón hay que creer en Dios, no importa si se es católico o se es, por ejemplo, protestante. Somos una sociedad filosófica y filantrópica, no religiosa, puesto que hacemos obras de beneficencia, que es una obligación y debe ser reservada». Con esta sencilla explicación, Luis Montes intentó acercar a todos los presentes la filosofía de la masonería, que, según explicó, se centra en la defensa de los valores de la libertad, la igualdad y la fraternidad. Pero entrar en la masonería no es fácil y mucho menos para las mujeres que aún no están admitidas. A pesar de ello, Montes dejó claro que hay logias que no pertenecen a la Masonería Regular, que admiten mujeres exclusivamente, y otras que son mixtas, aunque él se mostró defensor de no admitir las logias mixtas, ya que va en contra de la ordenanza firmada en 1712.

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