04 julio, 2009

Logia Unión 23 del Oriente SFM celebra 89 aniversario

La Benemérita y Respetable Logia Unión 23 del Oriente de San Francisco de Macorís, celebró sus 89 años de fundada con una tenida especial que incluyó el develamiento de un busto del patricio Juan Pablo Duarte y Diez, quien fuera un destacado miembro de la Hermandad Masónica en la República Dominicana.

La actividad se celebró el domingo 28 de junio en su templo ubicado en la calle La Cruz casi esquina Salcedo, donde asistieron delegaciones de todo el país, el Gran Maestro de la Gran Logia de la República Dominicana Eddy Peña Baret, el representante de la Gran Logia Oriente de Haití, Bernard Galánd y Pierre Louis Criqui, de la Gran Logia Nacional de Francia, una delegación del Benemérito Cuerpo de Bomberos Civiles de esta ciudad encabezado por su jefe general doctor Luis Elías Esmurdoc Rodríguez.

El discurso central del acto conmemorativo lo pronunció el doctor Luis José Báez del Rosario, presidente del Instituto Duartiano filial Duarte, quien destacó las virtudes del patricio Juan Pablo Duarte, y agradeció a la masonería por el reciente acuerdo firmado entre ambas instituciones.

“Quiero destacar que con la Masonería nació la trinitaria y la libertad del pueblo dominicano, ella fue la fuente que dio origen a la organización y el trabajo separatista, Duarte fue el instrumento a través de las ideas, conciencia y decisiones por lo que hay que admitir un vínculo eficiente y determinante entre este y la Masonería Dominicana”.

La oficialidad de la Benemérita y Respetable Logia Unión 23, la integran: licenciado Juan Pablo Rodríguez Castillo, Venerable Maestro Pro-Témpore y Gran 2do. Vigilante de la Gran Logia de República Dominicana, Rafael Mateo, primer vigilante; Luis Manuel Vargas, 2do. Vigilante; Andrés del Valle, secretario; doctor Alejo Abukarma, orador; y Silvestre Calderón, tesorero. Ellos agradecen a la Logia Perseverancia #13 de Moca, el hermoso gesto de donación del busto del patricio Juan Pablo Duarte, y al Cuerpo de Bomberos de aquí, quienes hicieron un reconocimiento por sus 89 años de labor ininterrumpida al servicio de la comunidad.

La Masonería llega a República Dominicana el 24 de octubre del año 1858 entra por Haití en el 1778 y en el 1804 se inicia en la isla, según datos históricos, en el 1504 venían a República Dominicana masones operativos desde España, recientemente estuvieron celebrando su 150 aniversario.


Fuente:
http://eljaya.com/200906-2/n-logia.php

LA CONTRIBUCIÓN DE LA MASONERÍA EN LA INDEPENDENCIA DE AMÉRICA

Extracto de un trabajo que presenté hace algún tiempo y que luego fuera difundido en la lista "Masones Regulares" y otras listas masónicas internacionales gracias a la gentil colaboración de mi distinguido amigo Carlos Celso Sarmiento Pastrana.

INTRODUCCIÓN

Debemos los Masones propender a que la historia como memoria colectiva de los pueblos, no se reduzca simplemente a narraciones, fechas, datos, referencias de nombres, generalidades y divulgación de tradiciones de costumbres o en el otro extremo en una simple "quimera", pues en ambos se obvia, los hechos verdaderos que se suscitaron a través de los tiempos, como por ejemplo en aquellos años finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX, donde epónimos masones incubaron en la conciencia de América, la necesidad de la libertad: Precisamos en razón de ello, que estas luchas sean divulgadas en la forma más imparcial posible, destacando principalmente su rol protagónico que le tocó vivir a la Francmasonería Mundial y la de algunos de sus connotados miembro! s de aquel entonces, de ésta, nuestra augusta Orden.

Antes que nada debo expresarles que actualmente la universalidad de la Masonería, nada tiene que ver con su uniformidad, así, en nuestros días, tenemos una Masonería Anglosajona, con derivaciones en el mundo germano, tributaria de los que fueron sus padres fundadores: Clérigos, pastores presbiterianos, pequeños burgueses, aristócratas ilustrados y, unos años después de su constitución oficial de 1717, se agrego la nobleza con su entorno aristocrático, a la que se sumó además la gran burguesía de aquella época, enriquecida desde los primeros atisbos de la revolución industrial.

En dichos países europeos, coincidentes en su mayoría, con la practicas de las diversas modalidades de la religión cristiana, tales como la católica, la ortodoxa, la protestante, etc., y por el origen social de casi todos los miembros de sus cúpulas, de la llamada Masonería Especulativa, o Moderna, creció y se desarrolló la Masonería como una fuerza eminentemente conservadora, íntimamente ligada a los poderes eclesiástico y temporal y, por lo tanto, sin verse sometida a persecuciones de ninguna clase, ni tener problemas de índole alguno para su desarrollo y consolidación. Vale decir que en la mayoría de los Estados europeos que eran católicos o anglicanos, primaba la asociación Estado-Iglesia.

Por el contrario, en las colonias americanas de la Corona Española (antiguos virreinatos, capitanías, gobernaciones y audiencias), existía una sociedad o realidad distinta, es decir un mundo diferente dominado por la iglesia católica, principalmente por la Orden llamada Compañía de Jesús (conocida popularmente como jesuitas), y por su brazo secular la "iglesia católica", como también el de las monarquías absolutistas, es por ello que la Masonería Especulativa nació y creció en estos territorios como hija ilegítima y prohibida, formada por ciudadanos ansiosos de libertad, de estudiantes plenos de inquietudes intelectuales, y de revolucionarios precursores de las actuales democracias... aunque no esta muy lejos de afirmar, que algunos de ellos querían administrar! y manejar sus propios peculios, sin necesariamente involucrar a la Masonería. Al punto que podemos determinar sin faltar a la verdad que la Masonería Americana nació de esta clase pensante, de los que luego serían conocidos como los enciclopedistas, librepensadores y, más tarde, se les llamo liberales, conjurados o insurgentes, entre otros nombres despectivos.

Desde los primeros momentos de la aparición pública de la Masonería Especulativa, los ideales de libertad que en los países latinos e hispanoamericanos eran generadores y abanderados los masones principalmente nacidos en las colonias, hizo que estos chocaran abiertamente con otros masones conservadores de los viejos regímenes, y con las monarquías totalitarias, de las que la propia iglesia católica formaba parte y era una suerte de adalid con poder para coronar emperadores y legitimar dinastías, amparándose en que los reyes tenían una inspiración divina para realizar todos sus actos. La confrontación de ideas entre estos dos mundos, a un lado el viejo régimen, al otro la democracia, de la que la Masonería Americana ya era génesis, desencadenó en las persecución es y bulas papales desde los primeros años del siglo XVIII, contra la Masonería.

Dando lugar a que la Masonería Americana en especial la hispanoamericana se viera obligada a mantenerse oculta, secreta y políticamente activa contra los totalitarismos, fueran estos seglares o eclesiásticos.


LA MASONERÍA EN LA INDEPENDENCIA DE LAS TRECE COLONIAS

Las ideas de libertad proclamadas por la Masonería prendieron rápidamente en las trece colonias inglesas del Norte de América. Muy pronto las Logias Masónicas de aquel territorio, en aquel entonces de composición social muy distinta a las de Inglaterra, se convirtieron en el foco y cuartel general de la revolución naciente contra la dominación de la Corona Británica en sus colonias del nuevo continente.

Es conocido que la participación de la Masonería llegó a ser tan decisiva en la independencia de las colonias británicas en Norte América, que las principales figuras independentistas fueron masones destacados, lo mismo que lo fueron en casi su totalidad (sólo excluyendo a dos) los firmantes de la famosa Declaración de su Independencia, del 4 de julio de 1776.

"Los firmantes en la Declaración de la Independencia de las Trece Colonias Británicas fueron:


1.- Colonia de New Hampshire:
Josiah Bartlett, William Whipple, Matthew Thornton

2.- Colonia de Massachusetts:
John Hancock, Samuel Adams, John Adams, Robert Treat Paine, Elbridge Gerry

3.- Colonia de Rhode Island:
Stephen Hopkins, William Ellery

4.- Colonia de Connecticut:
Roger Sherman, Samuel Huntington, William Williams, Oliver Wolcott

5.- Colonia de New York:
William Floyd, Philip Livingston, Francis Lewis, Lewis Morris

6.- Colonia de New Jersey:
Richard Stockton, John Witherspoon, Francis Hopkinson, John Hart, Abraham
Clark

7.- Colonia de Pennsylvania:
Robert Morris, Benjamin Rush, Benjamin Franklin, John Morton, George Clymer,
James Smith, George Taylor, James Wilson, George Ross

8.- Colonia de Delaware:
Caesar Rodney, George Read, Thomas McKean

9.- Colonia de Maryland:
Samuel Chase, William Paca, Thomas Stone, Charles Carroll of Carrollton

10.- Colonia de Virginia:
George Wythe, Richard Henry Lee, Thomas Jefferson, Benjamin Harrison, Thomas
Nelson, Jr., Francis Lightfoot Lee, Carter Braxton

11.- Colonia de North Carolina:
William Hooper, Joseph Hewes, John Penn

12.- Colonia de South Carolina:
Edward Rutledge, Thomas Heyward, Jr., Thomas Lynch, Jr., Arthur Middleton

13.- Colonia de Georgia:
Button Gwinnett, Lyman Hall, George Walton".

El 4 de julio de 1776, los delegados de los trece Estados de Nueva Inglaterra proclamaban la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América.

De los firmantes del Acta de Independencia, los más destacados francmasones eran: Ellery, Franklin, Hancock, Hewes, Hooper, Paine, Stockton, Walton y Whipple.

Idéntica condición compartían nueve de los trece delegados que rubricaron los artículos de la nueva Confederación: Adams, Carroll, Dickinson, Ellery, Hancock, Harnett, Laurens, Roberdau y Bayard Smith, así como también los firmantes de la Constitución Estadounidense: Bedford, Blair, Brearley, Broom, Carroll, Dayton, Dickinson, Franklin, Gilman, King, McHenry, Paterson y Washington.

La gran mayoría de los congresistas que ratificaron dichos acuerdos eran igualmente miembros de la hermandad masónica, lo mismo que prácticamente la totalidad de los altos mandos del ejército republicano que combatió a las tropas realistas de la metrópoli inglesa.





La influencia de la francmasonería se haría patente desde el principio en todos los ámbitos del incipiente nuevo Estado, modelando sus componentes ideológicos y políticos e inspirando buena parte de su simbología y mística patriótica.

Inmediatamente después de proclamar la Declaración de Independencia, el Congreso Norteamericano reunido en la ciudad de Filadelfia adoptó una resolución encargando a tres destacados y dilectos hermanos masones John Adams, Benjamín Franklin y Thomas Jefferson la confección del sello oficial del nuevo Estado. A tal efecto, cada uno de los tres miembros del comité sugirió un diseño para el sello de la Unión.

Jefferson propuso una imagen que representase al pueblo de Israel marchando hacia la Tierra Prometida. Franklin proyectó una alegoría en la que aparecía Moisés conduciendo a los israelitas a través del Mar Rojo. John Adams, por su parte, se inclinó por un tema de la mitología griega que representaba a Hércules.

A estas primeras propuestas se les fueron añadiendo las de sucesivos comités hasta que, finalmente, fue aprobado el diseño definitivo propuesto por el secretario del Congreso, Charles Thomson, Maestro Masón de una Logia masónica de Filadelfia cuyo V:. M:. era el R:. H:. Benjamín Franklin.

Durante la revolución norteamericana se considera que se usó por primera vez con un sentido político el Trilema Masónico: LIBERTAD, IGUALDAD, FRATERNIDAD, el mismo que pasaría a la historia de la humanidad, por ser luego adoptado a través de los franceses como lema principal de su revolución y en su futuro escudo, al estallar ésta pocos años más tarde, es decir un 14 de julio de 1789.

En la independencia de las trece colonias británicas de Norte América, tuvo un papel no sólo por ser uno de los generales más destacados del ejército de los insurrectos, sino porque además fue el gran artífice del intercambio y correspondencia masónica entre Norte América y Francia, nos referimos a Marie Joseph Yves Roch Gilbert MOTIER, más conocido como el marqués De la Fayette. Dícese asimismo de La Fayette, que fue él quien inicio en la francmasonería a Francisco de Miranda, y también que fue la esposa De la Fayette, quien obsequió al general y R:. H:. George Washington un mandil masónico bordado a mano por ella misma, el cual utilizó cuando juramento como Presidente de las trece colonias y en la colocación de la primera piedra de fundación del Capitolio norteamericano.

También existieron otros masones franceses, además De la Fayette, que pertenecieron a las fuerzas rebeldes, y que colaboraron con Washington, por ejemplo citaremos al almirante Alexander, marqués de Grasse Tilly, quien con su flota y tropas cooperó en la famosa victoria de York Town. (Carnicelli, Américo. "La Masonería en la Independencia de América", Bogotá, Colombia, 1970. Tomo I, pág.42)





LA MASONERÍA Y LA REVOLUCIÓN FRANCESA

Sobre la influencia de los masones franceses dada en su famosa revolución gala, la podemos hallar en un análisis objetivo, encarado sin la "tortura de los dogmas ni el fuego de la inquisición ideológica", tal como lo propone el autor uruguayo Alfonso Fernández Cabrelli en su obra "El Papel de la Francmasonería en la Revolución Francesa", donde compara correspondencias entre escalas de valores de aquellas Logias europeas del siglo XVIII y las que hoy asumen latinoamericanas de cuño liberal.

Un análisis de su obra fue publicado en la revista Anales, y se centra en la intervención de la Masonería en la Revolución Francesa, realizada de hecho y por la vía de las ideas; explica la imagen creada a la Masonería por quienes la combatieron, los gobiernos absolutistas de Europa y la Iglesia; y, poniendo el acento en el ideario de la Masonería, reevaluado, aún sin mencionar situaciones latinoamericanas, crea el autor un puente de ideas, es decir: Defensa de los valores de la libertad, la tolerancia y la apertura en la recepción de los diferentes estratos sociales, las religiones y las procedencias étnicas.

(Fernández Cabrelli, es Doctor en Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad del Uruguay, fundador de la Junta Nacional y regional patrocinadora de Anales; dirige "Hoy es Historia", revista que se publica en Montevideo desde 1984, y es autor de obras de "Historia del Uruguay y América Latina", entre las cuales destaca "Iglesia Ultramontana y Masonería en la transformación de la sociedad oriental desde 1990").

Todo lo antes aseverado líneas arriba, es una gran prueba, que abate todo argumento u elucubración que niega, por no tener fuentes escritas o por su desconocimiento del caso, en no reconocer la participación decisiva de las Logias Masónicas o la de muchos de sus integrantes, en la gestación intelectual de estos dos pasos decisivos para la libertad del hombre, nos referimos a: La Declaración de los Derechos del Hombre y la Revolución Francesa.

Asimismo la toma de la terrible prisión de La Bastilla fue un acto forjado por masones. Montesquieu, Rousseau y otros destacados franceses de esos tiempos, fueron masones. La consigna "Libertad, igualdad, fraternidad" es eternamente masónica. La letra del himno nacional de Francia, conocido como "La Marsellesa" fue compuesta por un hermano masón, de nombre Claude Rouget De Lisle.

Hija también de la Masonería Americana es la voluntad de independencia de España que, como fruto de la perfidia personal y la impericia política del rey hispano Fernando VII, se extiende por los virreinatos, capitanías generales, gobernaciones y audiencias, tras la reimplantación en España del totalitarismo borbónico. Masones Ibéricos y Americanos serían los inspiradores y líderes del proceso de independencia de la América Hispana, figurando sus nombres en un puesto de honor entre los padres de los nuevos países que irían surgiendo.




Benjamin Franklin


LOS MASONES INDEPENDENTISTAS DE AMERICA

La simbología masónica, basada en el esoterismo, permitió el reconocimiento de sus miembros, en todos los países con los que se reforzó la pretensión universal y cosmopolita de su doctrina, que se dirigía a todos los hombres por igual sin distinción de clases sociales, nacionalidades, razas, lenguas, religiones o ciencias políticas.

Esta pretendida uniformidad, sin embrago, desapareció en el siglo XIX cuando la Orden sufrió una fuerte expansión por diversos países. Según las peculiaridades de cada uno y su situación político-religiosa surgieron varias concepciones tanto en los rituales como en la proyección social y política.

George Washington, Benjamín Franklin, Juan Pablo Vizcardo y Guzmán, Pablo de Olavide, Francisco de Miranda, Andrés Bello López, José de San Martín, Servando Teresa de Mier (mejicano), Joaquín Olmedo (guayaquileño), Simón Bolívar, Antonio de Sucre, Hipólito Unanue, Faustino Sánchez Carrión, Juan Manuel Iturregui, etc..., considerados luego "padres de las futuras nuevas naciones", todos ellos eran masones; pero también fueron las mentes que planearon e iniciaron las revoluciones e independencia de las colonias más importantes de toda América.

El primer chispazo de revolución en Norte América se planificó, en 1773, en una placentera taberna de Boston llamada "El Dragón Verde" (Green Dragon). Allí se reunía la Logia Masónica de San Andrés, o en ingles Saint Andrew (LENNHOFF Eugen, "Los Masones ante la Historia", Editorial Diana S.A., México, 1983, pág. 206). La dureza de la corona inglesa a sus colonias había alienado a los pobladores, y la sumisión de ellos, estaba llegando a su clímax; pero no había un liderazgo que emprendiera una organizada revolución. La decisión de los ingleses de excluir las colonias del negocio del té, rebasó la cólera y la indecisión de muchos.

En la taberna del Dragón Verde, no todos los miembros de la Logia apoyaban el movimiento patriótico; pero los líderes masones como Paul Revere, John Hancock, Samuel Adams y Joseph Warren trazaron el plan que inició las gestas revolucionarias independentistas. Los líderes y miembros de la Logia del Dragón Verde se disfrazaron de indios Mohawk y dirigieron el ataque a los barcos llenos de té en el puerto de Boston, arrojando las cajas al mar. Con este golpe planeado y subrepticio se inició la gesta revolucionaria en las colonias inglesas, que rápidamente se expandió al resto de América en los siguientes 50 años. Actualmente existe en los Estados Unidos de Norteamérica una fiesta patriótica llamada "Boston Tea Party" en conmemoración a dicho acto heroico.

Pero esta primera guerra fue virtualmente una primera guerra civil. Todos los colonos eran de raza blanca o "caucasiana". No hubo mestizos, ni indios, ni negros que participaran significantemente en esa guerra de "independencia". La mayoría eran criollos ingleses, pero también existían holandeses, alemanes, escandinavos, escoceses, franceses, irlandeses... todos europeos.

En 1776, las colonias eran de un 97% de raza blanca y entre ellos un 3% chinos, semitas, e indios nativos. eran una sola cultura, una sola religión. Las colonias británicas eran una sociedad homogénea y buscaban también quitarles la tierra a los indios y llevarlos a la orilla del exterminio, ese era su plan macabro y solución final ideal...

Para trabajar gratis la robada tierra a los pieles rojas, los colonos ingleses mandaron a traer miles de negros del África, para el lado sur del territorio de sus 13 colonias, esta situación a su vez creó la próspera, cruel y bárbara industria del "comercio de esclavos"... que años más tarde se transformo en su famosa "Guerra de Secesión".

Tres años duró la guerra norteamericana de la independencia de sus trece colonias que tuvo a su vez, un gran impacto en toda América. Casi doce años después llegó la Revolución Francesa que generó el republicanismo y divulgo los axiomas masónicos de "Libertad, Igualdad, Fraternidad", cuyo eco atravesó el Atlántico llegando a exaltar, fuerte e irresistiblemente, el espíritu revolucionario en las colonias españolas de América...

Entre los años de 1750 a 1800, toda la América Hispana ya era principalmente mestiza, pero entre los mismos mestizos había una disparidad entre su emergente minoría de ricos comerciantes y administradores de hacienda, y la aún más emergente mayoría mestiza en la pobreza. En el último eslabón social estaban los indios nativos, que cual indomables de espíritu, siempre acariciaban el día de su propia libertad, y guardaban su odio al blanco al cual culpaban de todas sus tribulaciones.

Toda la masa mestiza e india comenzó a reclamar más compartimiento político y económico en todo el territorio hispanoamericano a España, a veces por medio de las armas... acordémonos de los levantamientos en el virreinato del Perú del masón José Gabriel Condorcanqui "Túpac Amaru", como también los movimientos insurgentes de Mateo Pumacahua y Francisco de Zela, de los cuales se indica que algunos tuvieron apoyo de masones británicos, pero que no lograron aquellos la ansiada independencia.


Fuente:
http://www.generaccion.com/usuarios/variados/articulos/?codarticulocliente=1946

28 junio, 2009

Lugones desconocido

Por Antonio Las Heras - Para LA GACETA - Buenos Aires
Admitido como uno de los grandes poetas del mundo hispano parlante, elogiado por Jorge Luis Borges y llamado por Rubén Darío "la nota más vibrante de la poesía argentina", Leopoldo Lugones es una figura de la literatura argentina sobre quien mucho se ha dicho y polemizado. Empero, hay un Lugones secreto y desconocido que es al que aquí queremos referirnos.
Pocos conocen que el autor de La Guerra Gaucha mostró gran interés por el espiritismo, el esoterismo, la radiestesia, la quirología, la homeopatía, y la incipiente parapsicología, también conocida entonces como metapsíquica. Fruto de ello fue su libro Las Fuerzas Extrañas (1906), conjunto de escritos entre el cuento y el ensayo donde se centra en lo fantástico, lo oculto, lo misterioso.
Fue seguidor de la teosofía creada por Elena Petrovna Blavatsky, que llevó desde la India hasta Londres a Jiddú Krishnamurti, atribuyéndole dotes de mesías. Al respecto, Ricardo Piglia afirma que el espiritismo fue la única visión del mundo a la que Lugones fue siempre fiel.
El mundo de lo iniciático; esto es de la tradición hermética que aspira a que el hombre obtenga los beneficios perdidos tras la Caída pero que le fueron comunes en los tiempos primordiales, fue otro de sus temas de interés.
"Entre los modernistas hispánicos, Rubén Darío aparte, es Leopoldo Lugones -explica Ricardo Guillén- quien más notable inspiración órfica acusa en su obra, especialmente en sus cuentos, donde la idea de que en todo lo existente -mineral, árbol, bestia...- late una fuerza que puede llamarse espiritual, da lugar a páginas notables. La convicción de que las cosas tienen alma, pues, y viven, y hasta matan (como mostró Darío alguna vez) es lo que permitió históricamente hechizos y conjuros, fetiches y amuletos. Idea órfica que empalma con la magia e incita a comunicar con los objetos, es decir con el espíritu que los habita, y esto tanto más cuanto se suponga, como Nerval suponía, que en las cosas hay una postulación hacia el reconocimiento, un deseo de ser reconocidas («Un mystère d'amour dans le métal repose»), una palabra que espera ser oída y podrá serlo cuando hacia ella se oriente una inquietud paralela".

Einstein y los masones
En 1925, Albert Einstein visita la Argentina; uno de quienes estará todo el tiempo a su lado es, precisamente, Leopoldo Lugones. El autor de Lunario Sentimental era el delegado argentino ante la Comisión de Cooperación Intelectual de la Liga de las Naciones (organismo anterior a las Naciones Unidas) presidida por el notable filósofo francés Henri Bergson. Einstein también formaba parte. Lugones, aprovechando esa personal relación con el físico, lo invitó a nuestro país. Entusiasmado con los resultados de la visita, el autor de Romances del Río Seco, advirtiendo los sucesos que estaban aconteciendo en Alemania, lanza un llamado para recaudar fondos y radicar al notable físico en nuestro país.
Las complejidades de la física teórica no eran ajenas al poeta. "En 1920 el Centro de Estudiantes de Ingeniería de la UBA -escriben Miguel de Asúa y Diego Hurtado de Mendoza- invitó a este famoso escritor y personaje público a dictar una conferencia, la cual fue luego publicada como El tamaño del espacio. Ensayo de psicología matemática (Buenos Aires, El Ateneo, 1921), dedicada al Ing. Georges Duclout. Este trabajo es, en esencia, una larga discusión sobre el origen de los conceptos matemáticos. Lugones critica allí las posturas que considerarían válidos sólo aquellos conceptos geométricos que pueden ser 'intuidos' -visualizados por la imaginación- y defiende una posición según la cual, en el caso de las nociones geométricas, el único criterio de validez es el puramente racional. Para discutir esta cuestión el autor utiliza como principal ejemplo el de la teoría de la relatividad".
En 1935 escribe el prólogo al libro La mentira más grande de la historia: los protocolos de los sabios de Sion, de Benjamín W. Segel (Ediciones DAIA., Buenos Aires 1936). La obra denuncia como falsificación a este escrito antisemita conocido como Los Protocolos de los Sabios de Sion.
El autor de Cuentos Fatales tuvo intensa actividad masónica. Fue iniciado en la Masonería Argentina el 13 de noviembre de 1899 en la Logia Libertad Rivadavia Nº 51. Obtuvo el grado de maestro el 10 de abril de 1900. El 1 de octubre de 1902 se incorporó a la Logia Confraternidad Argentina Nº 2. De 1905 a 1906 fue Gran Primer Vigilante; esto es, vicepresidente segundo de la Orden. De 1906 a 1907 fue Pro Gran Maestre. A partir del 8 de marzo de 1906 formó parte -en calidad de miembro activo- del Supremo Consejo del Grado 33 para la República Argentina. Tras el derrocamiento (apoyado por Lugones) de Hipólito Yrigoyen, quien también era Hermano Masón, el escritor se alejó de la Orden.
El 18 de febrero del año pasado se cumplieron 60 años de su suicidio. Durante décadas, su féretro permaneció en una tumba del cementerio de la Recoleta sin placa ni identificación alguna, tal como él lo había solicitado. Sólo en 1994, por iniciativa del entonces Secretario de Cultura de la Nación, el poeta José María Castiñeira de Dios, en conjunto con la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), el catafalco fue retirado del anónimo reposo y llevado a Villa de María de Río Seco, su ciudad natal, en la provincia de Córdoba. © LA GACETA

Antonio Las Heras - Escritor, consejero titular de la Fundación El Libro, ex secretario general de la Sociedad Argentina de Escritores.